Solo te escribe cuando tú le escribes

aprende a gestionar la situación
Si siempre eres tú quien inicia las conversaciones, es momento de reflexionar. Aprende a gestionar tus emociones, establecer límites y evaluar si esta dinámica realmente te hace sentir valorado/a. El amor se encuentra en quien te busca, no solo en quien te responde.

¿Te ha ocurrido que siempre eres tú quien inicia la conversación? Miras el móvil esperando un mensaje que nunca llega, hasta que, cansado/a de la espera, decides dar el primer paso. 

Y entonces, , él o ella responde. Pero, ¿Qué está pasando? ¿Por qué solo te escribe cuando tú le escribes?

Aprender a gestionar esta situación sin sentir que dependes de las respuestas de alguien más para estar en paz, es un ejercicio que nos lleva al fondo de nuestras propias emociones.

¿Por qué solo te escribe cuando tú le escribes? La raíz de la incertidumbre

La pregunta parece simple pero lleva consigo un universo de posibles respuestas. A veces, se trata de prioridades, otras de personalidades distintas, y en ocasiones, incluso de miedos.

Somos seres interdependientes que necesitamos de los vínculos e interacciones con otros para sentirnos bien. En este caso sabemos que influyen tanto el tipo de apego emocional como nuestra necesidad de ser reconocidos

La mente humana es compleja; anhelamos ser valorados, y a la vez, muchas veces cedemos el control de nuestras emociones al “¿Me responderá?”.

Esto, aunque pueda parecer insignificante, afecta a nuestra autoestima.

Los expertos en psicología relacional explican que cuando buscamos la validación constante de la otra persona, podemos caer en una trampa donde el silencio pesa tanto como las palabras, sumergiéndonos así en un vacío emocional donde le cedemos el poder de nuestro bienestar al otro.

Aceptar la realidad: ¿Quieres una relación en la que solo importes a ratos?

Es duro, pero muchas veces tenemos que ser honestos con nosotros mismos. Si te sientes atrapado/a en una situación donde la comunicación solo comienza de modo unidireccional, es momento de preguntarte si realmente es lo que quieres.

Puede ser que la otra persona tenga otro ritmo emocional o que no esté tan comprometida como tú. Y ya sabemos que eso no es fácil de digerir. 

A veces la respuesta más clara se esconde en el silencio, y lo que duele no es la ausencia de palabras, sino la indiferencia. 

El amor no es solo presencia física; es también constancia en la distancia. Desde un prisma científico sabemos que el amor y el apego funcionan de un modo complejo. 

La oxitocina, llamada “la hormona del amor”, aumenta cuando sentimos conexión genuina. Por eso, si te encuentras en una relación donde tienes que “forzar” la comunicación, es probable que esta conexión no esté presente.

Si eres tú quien ha de iniciar los pasos para tener una comunicación abierta, de algún modo estás construyendo un lazo que no está brotando verdaderamente de la otra persona. 

Recuerda que el amor no siempre se encuentra en quien te responde, sino en quien te busca sin necesidad de ser buscado. 

Estrategias para gestionar la situación sin perder tu bienestar

Saber que alguien solo te escribe cuando tú lo haces puede ser frustrante, pero la forma en que lo gestionas puede ayudarte a desarrollar una mayor madurez emocional. Aquí tienes algunos tips para manejar la situación:

Define tus límites emocionales: Antes de escribir, pregúntate si realmente deseas iniciar la conversación o si lo haces por costumbre. Establecer límites saludables es clave para mantener tu paz interior.

Observa sus patrones de comportamiento: ¿Es algo constante o solo ocurre en momentos específicos?. Analizar estos patrones puede ayudarte a entender si es una conducta ocasional o si la otra persona realmente no tiene interés.

No cedas a la necesidad de atención: Si siempre eres tú quien empieza, intenta dejar pasar unos días y observa si te busca. A veces, dar espacio permite que el otro reaccione y reflexione.

Evalúa el vínculo con claridad: Hazte preguntas honestas. ¿Te hace sentir valorado/a esta relación? ¿La otra persona está tan involucrada como tú? Tener claridad te permite tomar decisiones basadas en el bienestar propio y no desde la necesidad.

Cultiva tu independencia emocional: Refuerza tu autoestima y tus propios intereses. Practicar hobbies, fortalecer relaciones con amigos y recordar tus metas personales te ayuda a no centrarte en alguien que parece no estar completamente disponible. 

Encuentra el equilibrio entre dar y recibir

Las relaciones saludables se nutren de reciprocidad. No se trata de responder cada mensaje de inmediato ni de esperar que la otra persona esté disponible constantemente. 

La clave está en encontrar un balance donde poder construir una relación en la que ambos experimentéis un nivel de interés similar, donde sentir que estáis presentes en la vida del otro. 

Se han realizado algunos estudios sobre relaciones interpersonales. Estos advierten que cuando algún miembro siente que aporta más a una relación de lo que recibe, suele experimentar lo que se conoce como “desequilibro emocional” o “relación codependiente”. 

Esta sensación de desigualdad compromete tanto a la autoestima como al nivel subjetivo de satisfacción dentro de la relación. 

Por eso, aprender a comunicar tus necesidades de forma clara y asertiva es fundamental para evitar malentendidos y, en última instancia, decidir si deseas continuar en esta dinámica.

Al final del día esta experiencia puede convertirse en una fuente de autoconocimiento y crecimiento personal. Recuerda que el amor no se encuentra en quien te responde, sino en quien te busca sin necesidad de ser buscado. 

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