Cómo trabajar la autoestima

claves para cultivar una imagen positiva de uno mismo
La autoestima es un aspecto clave en nuestra vida, que va cambiando con nosotras. Afecta a nuestra forma de pensar, actuar y relacionarnos con los demás, y seguro que lo has notado en tu vida; cuando te notas mejor de autoestima, te vinculas con personas que resuenan más con tus valores y estableces relaciones de pareja más sanas. Y es normal.

En este artículo te cuento cómo trabajar la autoestima, identificando y valorando nuestras fortalezas, cambiando nuestro diálogo interno negativo, evitando comparaciones y aceptándonos tal como somos. También veremos la importancia de rodearnos de personas que nos aporten, practicar el autocuidado y buscar apoyo emocional.

Qué es la autoestima

La autoestima es una parte fundamental de nuestra vida y tiene un impacto importante en nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Hay muchas definiciones para la misma, pero una de ellas podría ser la valoración y percepción que tenemos de nosotras mismas, la confianza depositada en nuestras habilidades y el grado en que nos valoramos y nos aceptamos.

Y cómo nos vemos, queremos y tratamos, influye en la imagen que tenemos de nosotras mismas y en las emociones que sentimos hacia esa imagen.

“Pregúntate cómo te tratas, te hablas, te valoras y te quieres, y estarás más cerca de conocer cómo está tu autoestima actual.”

Definición de autoestima y su importancia en nuestras vidas

La autoestima juega un papel clave en nuestro bienestar emocional, mental y social. Una autoestima saludable nos da una base sólida para enfrentar los retos de la vida, tomar decisiones conscientes y aprender a poner límites a la hora de escoger relaciones.

Nos ayuda a confiar en nuestras capacidades y habilidades, y nos da una sensación de valía y autoaceptación. De esta forma, si tengo una buena autoestima, es fácil que crea que soy buena en el trabajo, por ejemplo, y a su vez también me ayuda a darme cuenta de que sé escuchar a mis amigos (porque lo reconozco, lo aprecio).

También nos ayuda a tener una actitud más realista hacia nosotras mismas y a establecer metas realistas y alcanzables (ya sea en el entorno académico, laboral, de crecimiento personal…). Por ejemplo, una meta en la esfera personal podría ser “ser mejor persona” (y no ser perfecta, ya que eso no sería realista), por lo que una autoestima ajustada y sana también nos ubica, nos “sitúa” en el mapa.

Y ojo, tener una buena autoestima no significa no tener defectos y tener solo virtudes; significa reconocer estos defectos o flaquezas y aceptarlos (sin castigarnos por ello), integrarlos como una parte de una misma. Por ejemplo; “Tal vez no tenga paciencia pero siempre estoy disponible para mis amigos”.

“Una buena autoestima no es una autoestima perfecta, y tampoco significa no tener defectos; significa aceptar estos puntos débiles, vivirlos con normalidad y no dejar que lo ocupen todo.”

Si te interesa este tema, puedes ver nuestro vídeo “Cómo aumentar tu autoestima y superar la dependencia emocional”:

Cómo la autoestima afecta nuestra forma de pensar y actuar

Nuestra autoestima influye en la forma en que percibimos el mundo y en cómo nos relacionamos con los demás. Una baja autoestima puede llevarnos a pensar de manera negativa (e incluso, distorsionada) acerca de nosotras mismas, sentirnos incapaces o no merecedoras de éxito y felicidad.

Todo esto tiene un impacto en nuestra vida, y puede limitar nuestras oportunidades (por ejemplo, si tenemos miedo al rechazo. Además, puede traducirse en buscar constantemente la aprobación de los demás. Por ejemplo, te pones esa ropa que tanto te gusta decidida a darlo todo en esa fiesta; pero tu madre te dice que no te queda demasiado bien. Y claro, decides no ir así y cambiarte. Pero lo haces porque en el fondo, no confías en tu (en tu criterio, decisiones…).

Este es un ejemplo “tonto” pero, también puede aplicarse a mil temas más; otro ejemplo sería estar en una relación que no nos convence, que incluso, nos genera ese “ay” interior (una sensación de que por ahí no), pero decidimos hacer caso omiso a nuestra intuición, porque en el fondo no confiamos en nosotras. Y el resultado es perpetuar una relación que no nos satisface y por lo tanto, seguir en esa infelicidad.

En cambio, cuando tenemos una buena autoestima y nos sentimos poderosas, con esa energía que nos hace soltar corazas y conectar con la autenticidad, tomamos decisiones más alineadas con nuestros valores, y más coherentes con lo que necesitamos de verdad (por ejemplo a la hora de escoger amistades o de seguir quedando con esa persona que sabemos, nos hace bien).

Los beneficios de tener una autoestima saludable

Tener una autoestima saludable tiene muchos beneficios en nuestra vida diaria. Nos permite tener una mayor confianza en nuestras habilidades y capacidades, lo que nos impulsa a aprovechar oportunidades y perseguir nuestros sueños a pesar de que también exista el miedo (pero ese miedo no logra paralizarnos).

Además, nos ayuda a establecer relaciones más sanas, basadas en el respeto, y a escoger desde el amor propio y no desde la necesidad. Una autoestima saludable también contribuye a nuestra salud mental y emocional, porque nos ayuda a afrontar la vida desde una perspectiva más tranquila, menos extremista y más realista (y también, a tener una visión más realista y positiva de nosotras mismas). Y sobre todo, nos da una mayor resiliencia frente a los obstáculos y dificultades, lo que nos permite superarlos con mayor facilidad.

Cómo trabajar la autoestima

Trabajar en nuestra autoestima es un proceso constante y personal que requiere tiempo, esfuerzo y dedicación, y que tiene mucho que ver con mejorar el autoconocimiento personal. Pero sé por experiencia, amiga, que este proceso dura toda la vida.

Y tendremos épocas de mayor y menor autoestima. Por ejemplo, ante una ruptura, es normal que la autoestima quede “tocada”.

Pero lo importante es no descuidar esta parte esencial de nosotras mismas y cuidarla como cuidaríamos una planta a la que queremos mucho y que necesita su agua y su luz. Para mejorar la autoestima, te propongo algunas estrategias y enfoques que te ayudarán:

1. Identificar y valorar nuestras fortalezas

Una de las primeras claves para mejorar nuestra autoestima es identificar y reconocer nuestras fortalezas. Reflexionar sobre nuestras capacidades, habilidades y logros nos ayuda a reconocer nuestro valor y potencial. ¿Tal vez se te dé bien hablar en público? ¿Socializar? ¿Ser la confidente de tus amigas? ¿O tal vez destacas por tu espontaneidad, por apuntarte a un bombardeo? Averígualo.

Sea como sea, es importante valorarnos en todas las áreas de nuestra vida, ya sea en el trabajo, en las relaciones personales, en nuestros hobbies y en la superación de obstáculos. Reconocer y apreciar nuestras fortalezas nos da una base sólida para construir una mayor confianza y una imagen positiva de nosotras mismas.

2. Cambiar el diálogo interno negativo por uno positivo

¿Habías pensado alguna vez que nunca hablarás tanto con alguien como contigo misma, a lo largo de la vida? Y no es lo mismo hablarte bien que juzgarte constantemente. Lo cierto es que nuestro diálogo interno juega un papel fundamental en nuestra autoestima.

Muchas veces nos decimos a nosotras mismas que no somos lo suficientemente buenas o que no merecemos el éxito (ya sea en esa relación que justo acabamos de empezar, en el trabajo…). Es necesario tomar conciencia de este lenguaje negativo o crítico y reemplazarlo por un diálogo interno autocompasivo, realista y constructivo.

Practicar el autocuidado y el autorreconocimiento es fundamental para cambiar nuestra forma de pensar y mejorar nuestra autoestima. Celebrar nuestros logros, por pequeños que sean, y reconocer nuestros esfuerzos y avances (por ejemplo, decirnos: “¡qué bien te ha salido esto!”), nos ayudará a construir una perspectiva más positiva de nosotras mismas.

Si todo esto te resuena, seguro que también lo hará nuestro vídeo “Claves para SENTIRTE más MOTIVADA y ATRACTIVA”:

3. Evitar la comparación con los demás y aceptarnos tal como somos

Dicen que la envidia es una admiración mal gestionada. Y es que a todas nos ha pasado. Compararnos, querer esa vida aparentemente bonita y “fácil” que tiene la de al lado. Si esto te pasa, trata de desfocalizar la atención del otro y mirarte a ti: pregúntate ¿qué necesitas?, y que el otro te sirva como una fuente de motivación y no como un enemigo. Aunque sé que, a la práctica, ¡no es tan fácil!

Por otro lado, la comparación con los demás es una trampa que puede dañar nuestra autoestima. Pero recuerda que cada persona es única, con sus propias fortalezas y debilidades. En lugar de compararnos con los demás, debemos enfocarnos en nuestro propio crecimiento y desarrollo personal.

Aprender a aceptarnos y amarnos tal como somos, con nuestras imperfecciones y errores, es esencial para construir una autoestima sólida. Todos cometemos errores, y eso no nos hace menos valiosos como personas. Debemos perdonarnos a nosotras mismas y aprender de nuestras experiencias para seguir creciendo.

“Es natural y humano compararnos, pero, cuando lo hagas, pregúntate qué necesidad o anhelo hay en ti que tal vez no estés cubriendo, o qué cualidad no estás reconociendo.”

4. Rodearnos de personas que nos aporten

El entorno en el que nos desarrollamos tiene un gran impacto en nuestra autoestima. Por eso, es vital rodearnos de personas que nos aporten y nos apoyen, nos valoren y nos impulsen a ser la mejor versión de nosotras mismas (las llamadas “personas vitamina”, que nos dan un chute de energía).

Además, evitar las críticas destructivas y la toxicidad en nuestras relaciones nos permite crear un entorno seguro y propicio para el crecimiento de nuestra autoestima. Buscar relaciones basadas en el respeto y la admiración mutua nos da un apoyo emocional importante en nuestro camino hacia una autoestima saludable.

5. Practicar el autocuidado y buscar apoyo emocional

El autocuidado y el apoyo emocional son fundamentales para fortalecer nuestra autoestima. Debemos dedicar tiempo para cuidar nuestra mente, cuerpo y espíritu; haz terapia (en Programa Mia dispones de una terapia con metodología propia), busca algún retiro espiritual, conecta con el yoga o con terapias más corporales, haz danza, aléjate de relaciones tóxicas de pareja.

Realizar actividades que nos gusten, nos hagan sentir bien y nos ayuden a relajarnos, es vital para nuestro bienestar emocional. Además, debemos recordar que no estamos solas y que pedir ayuda cuando la necesitamos es valioso, tanto a nivel profesional como una ayuda a tu círculo más cercano.

Recuerda que mereces conectar con tu autoestima y hacerla crecer, sentir tu poder, pero a veces solas no podemos, y no pasa nada.

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