Te encuentras a tu pareja en la cocina y te gira la cara. Le propones un plan y rehuye de tí. Os metéis en la cama y el silencio inunda toda la estancia. ¿Te resulta familiar?.
Los conflictos y los períodos de incomunicación suelen ser habituales en las parejas. No obstante, es crucial romper con esta dinámica porque lejos de solucionar la problemática, la empeora, dejándonos un profundo vacío emocional.
A pesar de ello, las causas de estas reacciones dependen de nuestra historia y de cómo hemos aprendido a resolver o hacer frente a los problemas.
La comunicación como pilar en una relación sana
Muchas veces, pensamos erróneamente que mantenernos en silencio puede ser una solución para no avivar el conflicto. Lejos de esto, el no hablar y no tratar un asunto, también es una manera de comunicarnos. Y es perniciosa porque genera en el otro una sensación de invalidación emocional.
Todo aquello que no se verbaliza, no existe. Si estáis pasando por una mala situación, algo os ha molestado u os sentís heridos, lo mejor es hablarlo desde la tranquilidad. Todo aquello que no decimos podría convertirse en una somatización, dando lugar a problemas fisiológicos como el estrés, cansancio, irritabilidad, etc.
La ausencia de comunicación siembra una distancia silenciosa, donde el resentimiento crece como un muro entre dos corazones.
Mi pareja no quiere hablar de los problemas
Si tu pareja no quiere hablar de los problemas, esto aumenta el propio problema. Su actitud podría deberse a que no tiene ciertas herramientas para manejar el conflicto, carece de habilidades para implicarse emocionalmente, lo percibe como algo aversivo o le desborda la situación.
No obstante, es de especial relevancia que se entienda que algo no tratado, se enquista y empeora la situación.
Te invito a que intentes abordar la falta de comunicación de tu pareja desde la calma y la empatía, haciendo uso de la comunicación asertiva. Por ejemplo, podrías comenzar diciendo “Me gustaría compartir contigo ciertas cosas que me preocupan y soy incapaz de resolver sola/o. Te necesito para ello”.
Cuando se huye del conflicto verbal
Muchas veces huir de un conflicto cuando existe una escalada (gritos, malas palabras…) es un acto inteligente y que demuestra responsabilidad afectiva. En ese caso, la intención de no hablar es adecuada, pues deja reposar y enfriar las emociones para tratar el tema desde la respuesta y no desde la reacción.
Por el contrario, si la falta de comunicación cada vez que se presenta un problema es una constante, entonces se debe prestar atención. Es posible que la huida que la persona pone en marcha sea una estrategia de afrontamiento. No obstante, es ineficaz a largo plazo.
Una herramienta muy útil podría ser plantear el juego de la burbuja. Esto es, se reserva un día para hablar del conflicto. Los dos miembros de la pareja podrán hablar por un máximo de 15 minutos, cumpliendo la siguiente premisa: cuando uno habla, el otro solo escucha y no puede responder y viceversa.
El juego de la burbuja está pensado para no avivar el conflicto, desarrollar la escucha activa y la empatía.
Cómo manejar la frustración
Es natural sentir un gran desgaste psicológico, malestar y frustración si tu pareja te evita y no se comunica contigo. De hecho, a este tipo de conductas, comúnmente se las denomina “la ley del hielo”.
No obstante, a continuación te detallo algunas técnicas que puedes utilizar para regularte y sentirte mejor:
- La escritura es terapéutica. Ten a mano un cuaderno donde puedas desahogarte.
- La técnica de respiración 5-3-5 (inspira por la nariz 5 segundos, retén 3 y suelta en 5). Esta herramienta está avalada científicamente y te ayuda a regular tu sistema nervioso
- Evita hacer interpretaciones erróneas/catastróficas sobre los actos de tu pareja. Simplemente, observa como un mero/a espectador/espectadora
Estos tips pueden mejorar tu malestar. Sin embargo, la solución está en atacar al problema desde la raíz: la falta de comunicación.
Cuidado con la manipulación
Existen ciertas tácticas manipulativas que pueden aparecer en este tipo de situaciones, como el uso del silencio para castigar o controlar. Si te encuentras en esta situación, es de vital importancia que tomes consciencia cuanto antes.
Esto es maltrato psicológico y abuso emocional. En ningún caso es justificable ni tolerable porque es un disparo directo a tu bienestar y autoestima.
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Cómo controlar la situación
Para abordar de manera efectiva este problema, entendido como una incapacidad de tu pareja y no como un abuso, te invito a que busques un momento adecuado, libre de distracciones o presiones externas, donde puedas expresar tus sentimientos, siempre hablando desde el “yo” y nunca desde el “tú has dicho, has hecho”.
Podrías tratar de plantear soluciones en lugar de centrarte en el problema. Esto es, buscar soluciones eficaces que hasta el momento no has implementado. Propicia un escenario donde la otra persona pueda sentirse cómoda y no interprete el inicio de la comunicación como una batalla.
Es imprescindible que ambas partes estéis de acuerdo en llegar a una meta común. Si tú estás poniendo todo tu empeño y no da frutos, estás chocando constantemente con una pared. El esfuerzo por construir debe ser de los dos.
Ten presente, que construir una relación sana no se trata de evitar conflictos, sino de aprender a confrontarlos como un equipo.