Guía para atraer y mantener una relación sana y estable

Atraer una relación sana empieza por ti: con autoconocimiento, autoestima y límites claros. Esta guía te acompaña a identificar lo que bloquea tus vínculos y te ofrece claves prácticas para construir una pareja equilibrada, sólida y emocionalmente nutritiva.

Todas las relaciones están caracterizadas por un intercambio mutuo entre mínimo dos personas. 

Varios estudios psicológicos vinculados con las relaciones de pareja han concluido que las relaciones con nuestro cónyuge son un importante predictor de nuestro bienestar y felicidad. 
Esto indica que si tu relación se caracteriza por la tensión, malas palabras, vacíos emocionales, estrés, invalidación… debes estar alerta, porque está influyendo y modificando tu salud física y psicológica.

¿Qué caracteriza a una relación sana? 

Las características van a depender mucho de la historia de vida transitada. El concepto de “sano” no es igual para todos nosotros porque depende de nuestro nivel cultural, educación, vínculos, relaciones familiares y una serie de variables que configuran nuestros esquemas mentales.

No obstante, podemos encontrar puntos comunes en ellas, que podemos categorizarlas objetivamente como “relaciones sanas”: 

  • Confianza mutua: las raíces donde crece el amor es la confianza. Toda relación requiere de honestidad y seguridad, un lugar que se vuelva hogar y no combate. Necesitamos sentir esa seguridad que se convierte en refugio. 
  • Comunicación asertiva: expresar nuestras necesidades sin ofender y desde el respeto es el punto donde nace la madurez emocional. Escuchar activamente ayuda a fortalecer los lazos relacionales. Normalmente siempre expresamos las cosas que nos duelen cuando ya no podemos más y, ese, es el mayor de los errores. 
  • Respeto mutuo: en una relación sana, ambas partes se respetan, se sostienen y se aceptan a pesar de las discrepancias, aunque las decisiones del otro no se ajustan a nuestras expectativas. 
  • Apoyo emocional: las parejas saludables se apoyan mutuamente ante las adversidades, se escuchan sin juzgarse y se celebran en cada triunfo.

¿Por qué no logro tener una relación sana?

La respuesta a esta pregunta probablemente sea multicausal. Entre las razones podrían estar los patrones aprendidos, que son formas de comportarnos que hemos ido adquiriendo y normalizando porque han formado parte de nuestro repertorio comportamental desde hace mucho tiempo. 

Si creciste en un entorno donde las emociones se reprimían, te sentías abandonado/a o los conflictos se resolvían a gritos, podrías estar repitiendo este patrón. 

La falta de autoconocimiento, el no saber qué te gusta, lo que quieres, hasta donde puedes llegar, entre otros, podrían estar generando conflictos hostiles que podrían resolverse de un modo más constructivo si desarrollas tu capacidad de autoobservación. 

La inseguridad es uno de los monstruos más terribles en una relación. Ésta actúa como una planta venenosa que se instala en tu cabeza, donde a cada mínimo detalle, movimiento o contacto de tu pareja, hace que se vea y se sienta como un potencial peligro.

Tú no confías, la otra persona no sabe qué hacer para que confíes y llevas a cabo todo tipo de conductas de aseguración para comprobar que la persona es sincera y honesta. Este ciclo acaba mermando la relación, además del consiguiente desgaste psicológico para ambos miembros de la pareja.

Cómo construir una relación sana 

El primer paso es desarrollar una relación sana contigo mismo/a. Es imposible que puedas construir una casa si nunca has tocado un ladrillo.

Por esto, es importante que trabajes en tu autoestima y dediques tiempo a tus intereses personales, como aprender un idioma, hacer yoga o escribir en un diario cada noche. 

Definir tus valores y expectativas es el manual por el que empezar. Por ejemplo, si valoras la honestidad, comunícalo desde el principio, explicando que mentir sería un límite inaceptable para tí. Si la otra persona se alinea con esta forma de ver la vida, ya hay mucho camino recorrido. 

Trata de construir una comunicación abierta, donde las acusaciones estén prohibidas y el lenguaje del amor sea la comprensión, a pesar de las discrepancias entre vosotros. Por ejemplo, referirte a un hecho que te ha molestado como “Yo siento” en lugar de “Tu siempre”. 

Aprende la diferencia entre respuesta y reacción. Reaccionar es cuando se explota, probablemente porque se ha ido acumulando un cierto resentimiento y, en ese momento, estamos completamente dominados/as por la emoción. 

Responder, sin embargo, es darse cuenta de que ese estado emocional te está invadiendo y tener la fortaleza de irse para, en otro momento, desde la calma, hablarlo con serenidad.

Señales de problemas en una relación 

Todas las relaciones pasan por crisis de pareja. No obstante, cuando hablamos de problemas en una relación nos referimos a algo reiterado y que lleva tiempo viviendo en vuestro vínculo como una piedra que no os deja avanzar. 

Las principales señales son:

1) Falta de comunicación

Si uno de los dos quiere hablar y el otro construye un muro, la tensión se va a aumentar cada vez más. Cuanto más intentamos evitar aquello que nos da miedo, con más fuerza emerge, como una bola de playa que intentas presionar contra el mar.

2) Control y celos

Actúa como una mala hierba que lo pudre todo a su alrededor en una relación. Recuerda que nunca y en ningún caso son una señal de amor, sino de posesión, pudiéndose tornar patológica.

3) Ausencia de individualidad

Cuando toda tu vida está presidida por la presencia del otro, existe una falta de autonomía, que cada vez se va instalando en ti como una extensión del otro, perdiéndose por el camino tu propio yo.

4) Conflictos no resueltos

Discutir por lo mismo una y otra vez sin llegar a una acuerdo deja a ambas partes frustradas y cansadas. Esto desemboca en una gran desilusión y pérdida de interés.

Identificar estos problemas y desafíos es el primer paso para dar un giro a tu relación. Si consideras que te identificas, es momento de hablarlo con tu pareja de una manera sincera. 

Si abordarlo de este modo te resulta abrumador, siempre podéis acudir a una terapia de pareja, donde se os brindarán herramientas para manejar de un modo más funcional los episodios conflictivos.

Todos los compromisos sanos requieren esfuerzo, paciencia y constancia, pero cada obstáculo es una nueva oportunidad que se presenta para crecer y aprender juntos.

Cómo mantener una relación sana a largo plazo 

Si queremos que algo dure en el tiempo, será necesario que nos comprometamos con tenacidad en nuestra meta, que no es otra que construir lo que más deseamos con quien amamos.  

Se puede empezar por renovar la conexión emocional. Esto es, por ejemplo, planificar un viaje o una cita sorpresa donde solo estéis vosotros, sin teléfonos, atendiendo con los cinco sentidos a cada olor, sabor, mirada, tono y contacto que te transmite tu pareja. 

Por otro lado, desarrollar habilidades de negociación será un punto clave en todos los aspectos: para los que tienen hijos, para los que no pero se van de vacaciones y discrepan sobre dónde ir, para los que organizan comidas familiares los domingos y los que no quieren o no pueden asistir.  

Podéis intentar encontrar un punto en común, donde ninguno insista en llevar la cuerda hacia su lado, sino que ambos la aflojeis poco a poco, dando pasos hacia el centro. De este modo, cada movimiento os acerca en pensamiento y en corazón. 

La manera en la que enfrentamos los conflictos es algo a lo que prestar atención. En lugar de enfocarnos en quién tiene la culpa, es más valioso centrarnos en cómo trabajar juntos para encontrar una solución. Esto es, transformar tu relación en un equipo sólido, donde en lugar de señalaros con el dedo, os unáis para remar juntos hacia la solución. 

Una frase poderosa para recordar en momentos de conflicto es: “No se trata de ti contra ella/el, ni ella/el contra ti; sois los dos juntos contra el problema”.

Comparte este artículo a quien creas que le va a servir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos: Responsable: Programa Mia SL. Finalidad: Gestión y publicación de los comentarios del blog. Legitimación: Consentimiento del interesado. Destinatarios: no se cederán datos a terceros, salvo obligación legal. Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos como se explica en la información adicional. También se puede instar reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos.

¿HARTA DE DEJARTE LA PIEL EN TUS RELACIONES?

Empieza a cambiar las cosas en nuestra masterclass gratuita

¿Cuáles son las etapas que atraviesa una relación a distancia?

Señales de comportamiento pasivo agresivo en la pareja