Si estás en la tesitura de querer encontrar pareja, ya sea a través de ligar en Tinder o de otras tantas formas de conocer a gente, es probable que estés siendo consciente de que cada vez afloran más y nuevos ‘modelos de relación’.
Y es que, hoy en día, las relaciones modernas tienen términos para todo, y uno de los que más está sonando últimamente es el de situationship. Si alguna vez te has encontrado en algo que no es una amistad, pero tampoco una relación formal, probablemente ya sabes de qué estamos hablando.
Y aunque puede parecer un modelo de relación ligero y sin compromisos, no siempre es tan sencillo. ¿Cómo saber si estás en una situationship y, sobre todo, qué hacer si no es lo que quieres? Vamos a hablar de ello.
¿Qué es una situationship?
El término situationship nace del inglés, combinando situation (situación) y relationship (relación). Es una palabra que describe a esas relaciones indefinidas que flotan en un limbo: no sois simplemente “amigos que se gustan”, pero tampoco podéis llamaros pareja. Se podría resumir con frases como “tenemos una relación pero no somos novios” o “estamos juntos pero no somos novios”.
Este concepto ha ganado popularidad en una era donde las etiquetas parecen haberse vuelto opcionales. Y aunque suena ideal para quienes buscan relaciones esporádicas o menos estructuradas (y puede estar genial para estas personas), también es cierto que puede generar mucha confusión y frustración cuando ambas partes no tienen las mismas expectativas. Porque, seamos claros, no es lo mismo disfrutar del momento que quedarte atrapado en un vaivén emocional (que no deseas).
Ejemplos de una situationship
Para identificar mejor una situationship, puedes fijarte en ciertas dinámicas. Compartimos contigo algunos ejemplos claros (que pueden encajar en mayor o menor medida con lo que estás viviendo):
Os veis con frecuencia, pero evitáis el “tema serio”. Hay citas, planes divertidos y noches de risas, incluso pasión, confesiones, momentos íntimos… pero si alguien menciona “¿qué somos?”, se instala el silencio incómodo o se produce un cambio de tema.
Conexión emocional, pero sin compromiso. Parece que os entendéis a la perfección y compartís momentos íntimos, pero sin mencionar palabras como ‘novios’ o ‘pareja’.
Una relación a conveniencia. Os buscáis cuando estáis libres o necesitáis compañía o afecto, pero no formáis parte activa de la vida del otro.
Puerta abierta a otros. Aunque os tratáis como pareja, ninguno de los dos tiene problemas en ver a otras personas (es decir, no hay exclusividad), y eso se ha dejado claro (o no).
En pocas palabras, una situationship puede tener la comodidad de una relación sin las ‘reglas’ o pactos habituales, pero también, sin la seguridad ni la claridad que algunas personas necesitan o anhelan.
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Causas que explican una situationship
Desde el punto de vista psicológico, las situationships suelen reflejar necesidades emocionales no resueltas, miedos o patrones aprendidos en nuestras relaciones previas.
No se trata solo de una “casualidad” o de evitar compromisos; estas dinámicas esconden motivos más profundos tanto en quien evita definir la relación como en quien la acepta. A veces encontramos inseguridad en el amor, miedo al compromiso, heridas de apego…
Sea como sea, entender estas causas puede ser clave para tomar decisiones más conscientes y alineadas con lo que realmente necesitamos.
Así, ¿cuáles son las causas más frecuentes que explican una situationship? Vamos a hablar de las que hay tras cada una de las ‘partes implicadas’:
Causas por tu parte (en el que caso de que seas tú quien está inmerso en esta dinámica que realmente no desea):
Miedo al compromiso. Puede que te guste esa persona, pero la idea de atarte formalmente te asusta por experiencias pasadas o falta de seguridad emocional.
Baja autoestima. Quizá aceptas menos de lo que realmente deseas (y mereces) porque crees que no mereces más. Aquí entra esa voz interior que dice: “Esto es mejor que estar solo, ¿no?”.
Confusión sobre lo que quieres. Tal vez ni tú tengas claro si buscas algo serio o algo esporádico.
Por la otra parte:
Evitar responsabilidad emocional. Algunas personas disfrutan la parte buena de estar juntos, pero sin comprometerse a ‘tener que’ lidiar con problemas o expectativas.
Oportunismo emocional. Saben que pueden tenerte ahí sin dar un paso más, y no tienen motivación para cambiarlo.
Falta de interés real. Aunque suene duro, a veces una situationship se da porque una de las partes simplemente no quiere nada más profundo.
Cómo actuar si estás en una situationship (y no quieres): algunas ideas
Puede que estés en una situationship y oye, ya te va bien, porque es lo que quieres ahora mismo. Pero si sientes que este tipo de relación no satisface tus necesidades emocionales, es fundamental tomar acción desde el autoconocimiento y el respeto por ti mismo. Salir de una situationship no es fácil, especialmente si hay sentimientos involucrados, pero es un acto de amor propio y madurez emocional. Aquí compartimos contigo algunos pasos que pueden ayudarte a gestionar la situación:
Conéctate con tus emociones y necesidades. Antes de buscar respuestas fuera, mírate hacia dentro. Pregúntate: ¿Qué espero de una relación? ¿Cómo me hace sentir esta dinámica?. La claridad interna es el primer paso para tomar decisiones alineadas contigo y con tus valores.
Ponle palabras a lo que sientes. La comunicación es esencial. Expresa con honestidad cómo te sientes y lo que necesitas. Por ejemplo, podrías decir: “Valoro mucho lo que compartimos, pero siento que necesito algo más definido. Quiero saber si estamos en el mismo camino”. Hablar desde el yo, sin culpas ni reproches, abre la puerta a un diálogo sincero.
Acepta su respuesta sin negociar tus límites. Si la otra persona no está dispuesta o no puede ofrecerte lo que buscas, es clave aceptarlo. Intentar convencer o esperar un cambio puede atraparte aún más en esta dinámica. Tus límites no son negociables, porque son la base de tu bienestar emocional.
Refuerza tu autoestima. Muchas veces, quedarnos en una situationship tiene que ver con una baja percepción de nuestro propio valor. Trabaja en recordarte que mereces una relación en la que te sientas pleno y respetado. Rodéate de personas que te apoyen y te ayuden a mantener esta perspectiva.
Rompe el ciclo con acciones concretas. Si decides que esta dinámica no es para ti, actúa en consecuencia. Esto puede implicar limitar el contacto, poner distancia o incluso poner fin a la relación si no ves una solución. Es difícil, pero necesario para crear espacio para algo que realmente encaje contigo.
Busca apoyo si lo necesitas. Hablar con una psicóloga puede ser especialmente útil si sientes que repites patrones similares en tus relaciones. Un profesional puede ayudarte a explorar por qué entraste en una situationship y cómo construir relaciones más sanas para ti en el futuro.
Y sobre todo, ten en cuenta que, elegir salir de una situationship cuando no es lo que quieres no significa fracasar, sino respetarte lo suficiente como para buscar una conexión que realmente te haga sentir pleno o plena. Mereces una relación que te dé paz, no que te traiga dudas.
En definitiva; una situationship no es necesariamente “mala”. Para algunas personas, es un modelo válido y disfrutable. Pero si no es lo que tú necesitas o quieres realmente, es clave reconocerlo, actuar y priorizarte. Las relaciones que escojas deben ser acordes a lo que tú anhelas, no a aquello ‘con lo que te conformas’, ¿no crees?
Y tú, ¿qué opinas? ¿Te has visto alguna vez involucrado (queriendo o sin quererlo) en una situationship? ¿Cómo lo viviste y resolviste?