Inseguridad emocional:

cómo tratarla
La inseguridad emocional puede afectar nuestras relaciones, autoestima y forma de vivir. Este artículo explora qué son las inseguridades emocionales, cómo se comporta una persona insegura y cómo trabajar en ellas para desarrollar una mayor seguridad personal.

¿Quién de nosotros no ha sentido, en alguna ocasión, inseguridad emocional? Ya sea en sus relaciones, a la hora de encontrar pareja, de ser uno mismo, de conocer gente, de exponerse a situaciones sociales… Lo cierto es que las formas en las que se manifiesta esa inseguridad son múltiples y muy personales de cada uno.
Pero podemos afirmar que estas inseguridades impactan en muchas áreas de nuestra vida, principalmente en el área relacional y a nivel de autoestima. Y estas inseguridades pueden nacer de experiencias tempranas que pueden generar herida de abandono, y que nos hacen dudar de ser merecedores de amor, o de otras miles de circunstancias y experiencias vividas. En este artículo arrojamos luz a este tema, reflexionando sobre cómo se comporta una persona insegura y cómo tratar las inseguridades.

Qué son las inseguridades emocionales y cómo nos afectan

Aunque cada persona lo vive a su manera, a grandes rasgos podemos decir que la inseguridad emocional es esa sensación constante de que no somos suficientes, de que hay algo en nosotros que podría decepcionar a los demás o que nos hace “menos” en comparación con quienes nos rodean. Esta inseguridad puede aparecer de formas distintas, y aunque a veces se disfraza de humildad o prudencia, en realidad está alimentada por el miedo al rechazo o a no ser valorados como quisiéramos.

¿Cómo se traduce esta inseguridad? En una relación de pareja, por ejemplo, la inseguridad emocional puede hacer que nos preguntemos si nuestra pareja sigue interesada o si realmente nos quiere, pueden aparecer celos o podemos temer que nos dejarán en cualquier momento. Con amigos, puede ser una sensación de estar constantemente buscando la aprobación, temiendo que si actuamos de manera diferente nos excluyan. 

Y cuando se trata de la relación con uno mismo, la inseguridad emocional aparece como una autocrítica continua, un miedo a no estar a la altura o incluso a no ser digno de cariño, amor o respeto. Como decíamos, este tipo de inseguridad suele tener su origen en experiencias pasadas, ya sea en la niñez, en relaciones anteriores o incluso en momentos en los que nos sentimos rechazados o poco valorados. Sin embargo, la buena noticia es que es posible trabajar en ella.

Cómo se comporta una persona insegura

Antes de entrar en cómo trabajarla, vamos a ver cómo se comporta una persona insegura. Como hemos visto, la inseguridad emocional afecta nuestras conductas y reacciones en el día a día. Quien la experimenta a menudo tiende a buscar aprobación constantemente. Por ejemplo, en una relación de pareja, una persona insegura puede preguntar repetidamente si su pareja le quiere o si está feliz en la relación. Esto puede generar una dinámica agotadora, en la que la otra persona siente que siempre debe tranquilizar o ‘convencer’ al otro de que todo está bien.

En una amistad, una persona con inseguridad emocional puede mostrar una actitud de “por favor no me olvides”, buscando mantenerse cerca y agradar, sin expresar realmente sus propias necesidades. Esto puede llevar a hacer cosas que realmente no quiere hacer solo por mantener la amistad.

Otra señal clara de la inseguridad emocional es el miedo a la confrontación. Cuando tememos el rechazo o pensamos que podríamos incomodar a los demás, evitamos expresar lo que realmente sentimos, y con el tiempo esto genera frustración. Es común que la persona insegura interprete de forma negativa cualquier señal ambigua, como un mensaje sin responder, pensando que quizás han hecho algo mal o que la otra persona está enfadada.

Cómo tratar las inseguridades: cuatro ideas para empezar

Afrontar la inseguridad emocional es algo que requiere esfuerzo, constancia y muchas veces, terapia psicológica. Aquí te compartimos algunas estrategias útiles para empezar a tomar consciencia de la misma y trabajarla:

Identifica tus pensamientos automáticos. Uno de los primeros pasos es tomar conciencia de los pensamientos que surgen ante cualquier situación. Si tu pareja tarda en responder un mensaje, ¿piensas automáticamente que ha perdido el interés? Observa esos pensamientos y pregúntate si realmente tienen fundamento o si están basados en inseguridades. Reflexiona, hazte preguntas, cuestiona tus pensamientos.

Trabaja en tu autoestima. La inseguridad emocional suele estar ligada a una baja autoestima. Dedica tiempo a conocerte, a pasar tiempo a solas, a identificar tus cualidades y a reconocer tu valor.

Busca ayuda psicológica. La terapia psicológica puede ser útil para trabajar la inseguridad emocional. Un terapeuta puede ayudarte a cambiar patrones de pensamiento negativos, cuestionar las creencias limitantes que te han acompañado durante años y construir una autoestima más fuerte y estable.

Sé asertivo cuando te comuniques. Expresar tus pensamientos y emociones de manera clara y respetuosa, en lugar de guardártelos, te permitirá experimentar las relaciones de forma más genuina y menos tensa. En una relación de pareja o con amigos, comunicarte asertivamente refuerza los vínculos y disminuye la ansiedad por el “qué pensarán” o el “qué dirán”.

Trabajar en tu seguridad para disfrutar más de tus relaciones

Aprender a gestionar y reducir la inseguridad emocional es un viaje de autodescubrimiento y aprendizaje. Y ojo, recuerda que aquí no se trata de dejar de sentir miedo o duda alguna vez, sino de aprender a gestionarlo, a cuestionar esos pensamientos y a tratarte con amabilidad y amor. No olvidemos que una relación sana no exige perfección, sino autenticidad.

Cuando trabajas en tu seguridad emocional, para nutrirla y hacerla más fuerte, nutres también la relación contigo mismo y creas un espacio más positivo y equilibrado en tus relaciones de pareja y con amigos o familiares. Este camino puede tener altibajos, pero poco a poco notarás que, al ganar confianza en ti mismo, también mejoras la calidad de tus relaciones.

En definitiva, la inseguridad emocional es algo que puedes transformar, y cuando lo haces, descubres una versión de ti mismo más segura, capaz y libre para disfrutar de los vínculos que realmente importan. ¿Te animas a empezar a poner luz a tus inseguridades para transformarlas en seguridad y calma?

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