Desde el principio de nuestros días, nuestros ancestros y la sociedad se encargan de enseñarnos las maneras de manifestar amor hacia el otro: una caja de bombones, una declaración de amor delante de un multitudinario público, numerosos “Te quiero”, preocuparse por el bien del otro o grandes dosis de besos y abrazos.
Por norma general, partimos de los patrones afectivos que hemos presenciado en nuestras vidas, tanto de la relación amorosa de nuestros progenitores como de la manera en que a nosotros mismos nos han hecho saber que nos querían. O los reproducimos por imitación o nos situamos en el polo opuesto por rebelión.
A menudo, nuestro irremediable egocentrismo, hace que entendamos el amor de la misma manera en que nosotros lo demostramos. ¿Sabes la cantidad de parejas que entran en crisis por no comulgar en la manera en que expresan el afecto?
¿Me quiere realmente?
¿Está segur@ de esto?
¿Por qué no tengo suficiente?
Si me quisiera haría …
¡Cuidado! La pataleta de niño pequeño que se apodera de ti frente a la inseguridad que te acecha sólo va a complicar las cosas. El “Quiero que me quiera como yo quiero que me quiera” es algo pretencioso, ¿No crees?
Averigua de qué forma esa persona expresa su amor hacia ti. Si para sentirte querid@ necesitas que lo haga “a tu manera”, quizás tengas que revisar otros temas que tienen que ver contigo.
Si me dices que “Para estar segur@ necesito que me quiera así”, te responderé que “El otro puede acoplarse a lo que para ti es importante, pero la SEGURIDAD es tu responsabilidad, no la del otro”.
Ocurre lo mismo con la CONFIANZA. Para que la relación sea exitosa, es requisito imprescindible pero… ¡Ojo! No implica garantías.
Si tus asuntos los tienes cubiertos, puede que esta breve descripción sobre las distintas maneras de expresar amor sí te sirva para comprender mejor a tu pareja y lo que esconde tras sus gestos.
1 Los gestos de cariño y las confesiones verbales
Besos, abrazos y caricias acompañados de piropos y declaraciones de amor, desde un “Te quiero” hasta “Eres lo más importante que tengo”. Se trata de personas que necesitan expresar aquello que sienten poniéndole palabras y haciéndolo evidente corporalmente. Lejos de la practicidad de otros y del “Ya sabe que le quiero, no hace falta que se lo diga”, demuestran de una forma claramente visible el amor que profesan hacia el otro.
Las portadas de las revistas del corazón que derrochan amor en una sola imagen o las declaraciones de afecto en redes sociales acompañadas de una foto en que una bonita pareja se besa, serían algunos ejemplos de este modelo afectivo. Es algo así como “El amor coge forma en el momento en que lo hago saber”. Por ese motivo, mostrar orgulloso al resto aquel sentimiento que te invade, ¡hace que se magnifique!
Y si es el día de los enamorados como el de hoy, no faltará una tarta con Cupido como protagonista o una cena de lo más romántica.
La pasión, el romanticismo y la magia están servidas.
2 El tiempo que pasáis juntos
Tiene que ver con la cantidad de momentos que pasas con alguien. “Como me importas, deseo compartir la mayor cantidad de tiempo contigo”. ¿Alguna vez has oído hablar de roces en pareja porque uno de los dos asegura que pasan mucho tiempo juntos, pero el otro reclama calidad más que cantidad? Pues de eso precisamente te hablo. Este perfil, puede que programe todos los fines de semana junto a ti, pero no implica que en el transcurso de los mismos se den cenas románticas a la luz de las velas o grandes sorpresas cargadas de idealismo. Según este perfil, ¿Qué más muestra de amor hay que la de alguien que desea compartir su día a día junto a ti, que tiene estipulado que sus vacaciones las celebrará a tu lado y que su vivienda y la tuya serán la misma?
3 Los cuidados hacia el otro
Preguntar al otro sobre sus problemas, estar ahí en momentos complicados, protegerlo ante posibles dificultades y procurar su bien a todos los niveles, desde yéndole a buscar al trabajo después de una jornada lluviosa, hasta bajando a la farmacia a por Gelocatil en un día de jaqueca o asegurándote de si ha llegado bien a casa esa noche. Eso sin contar la cantidad de veces que le preguntas sobre algún tema importante para él o le guías aconsejándole sobre la mejor manera para afrontar X situación. En resumen, “Me preocupo por ti porque te quiero”, pero no implica que debas pronunciar las palabras mágicas.
4 El compromiso sellado
A pesar de que alguien lleve junto a su pareja años y años, en este modelo afectivo, es necesario dar pasos que aseguren ese compromiso que sólo se ha sellado con palabras: una boda o una hipoteca serían grandes ejemplos. Cualquier cosa que, a modo de ritual, signifique que “os volvéis a escoger”. Ya no es suficiente con permanecer fielmente uno al lado del otro, sino que esa boda simbolizará el grado de amor que todavía siente por ti y que va a permitir que aquello que os une sea todavía más inquebrantable.
“Si me quisieras de verdad, te querrías casar conmigo”.
¿Te imaginas que ocurre si el otro se mantiene firme bajo el “No creo en el matrimonio”?
5 Los recurrentes obsequios
Este modelo pertenece a los detallistas por antonomasia. Cenas sorpresa, viajes inesperados, joyas, álbumes de fotos cargados de recuerdos, manualidades e incluso pinturas llenas de creatividad… ¿Materialista? No tiene porqué. Simplemente, ese obsequio es el instrumento a través del cual expresan su afecto.
De la misma manera que para otros lo es un beso o una tarde junto a ti.