La sociedad nos empuja a estar estupendos, luciendo la mejor de las sonrisas, un buen corte de pelo, un cuerpo fitness y ropa de tendencia.
Pero, ¿te has topado con alguien que cumpla los citados requisitos y aun así, carezca de atractivo?
Una de las claves del atractivo reside en la actitud. Cuando realmente gustamos, es por esta actitud de la que hablo, que es lo que mantiene vivo el interés por el otro. Sin embargo, los demás aspectos son caducos y enseguida saturan el interés del otro.
Haz un repaso, ¿sueles usar estos ingredientes?
1. SINCERIDAD: Di lo que piensas
Cuando fingimos una actitud, una carcajada o una opinión es porque pretendemos gustar al otro. Pero lo curioso es que justamente gustamos cuando no nos esforzamos en absoluto y simplemente actuamos como nos nace de dentro.
Recordad que el peso del lenguaje no verbal es mayor que el verbal, por lo que es tremendamente fácil que nuestro interlocutor se percate de que algo en nosotros no fluye.
Es preferible un “¡La verdad es que no puedo opinar sobre este tema porque no estoy al día para nada!” que no un “Sí, es verdad, tienes razón, opino lo mismo…” sin tu sello de identidad.
Si no lo haces, además de que se te verá forzado, el otro acabará sintiendo que no le aportas nada. La riqueza de las relaciones interpersonales reside en que uno se nutre del otro y viceversa. Estar con alguien que constantemente se amolda a tu parecer, acaba siendo parecido a tomar un café solo.
2. CRITERIO PROPIO: Vístete según te sientas más guapo
Pides consejo sobre qué prenda te queda mejor. Deseas que tu interlocutor escoja aquella que tú estás pensando, pero justo apuesta por la otra. La gracia no está en ponerse la que mejor te queda, al fin y al cabo no existe tanta diferencia si las dos habitan en tu armario. El secreto reside en cómo te sientes tú con esa prenda. Ese sentir se convertirá en el complemento que más te favorece: la seguridad personal.
3. LÍMITES: Utiliza el “no”
Para ser valorados es imprescindible que nosotros mismos lo hagamos primero. Acceder constantemente a los deseos y peticiones de los demás implica un necesidad imperiosa de ser lo que los demás esperan de ti. Si sigues haciéndolo aún teniendo que sacrificar tus propios intereses, implica que antepones el bienestar del otro al tuyo y, por lo tanto, que no te valoras lo suficiente.
El no marcar límites, puede generar relaciones abusivas que probablemente vivas como injustas. Pero recuerda que tú también eres responsable de ese tipo de relación así como de que ésta cambie.
Al decir “no”, estás recordando al otro el valor que tienes y en la mayoría de casos y contra todo pronóstico, en vez de alejarse de ti, ocurrirá justo lo contrario. Lo realmente atractivo es alguien que se valora, más que alguien que pretende que le valores.
4. INICIATIVA: Propón
La iniciativa implica criterio propio, personalidad y seguridad. Proponer algo indica que deseas compartir con alguien aquello que a ti te gusta, asumiendo el “riesgo” de que a la otra persona le pueda gustar o no.
Aún así, en cualquier propuesta estará tu seña de identidad y estarás sorprendiendo al otro y puede que aportándole una experiencia gratificante o un nuevo aprendizaje. Al igual que te gusta que te “lleven” a los demás también que algún día tú les “lleves”.
Recuerda que en cualquier relación sana, uno se nutre del otro y el otro del uno.
5. OPTIMISMO: Visualiza el vaso medio lleno
Es desalentador relacionarse con gente negativa que continuamente genera comentarios invalidantes y de queja. “Qué día tan horrible”, “No me gusta mi trabajo”, “Cada día es lo mismo”, “Me estoy engordando”, “Pffff ¿ahora hay que ir hasta allí?”, “No me gusta nada del menú”… Si todo esto es cierto, también lo es que el día puede mejorar si te lo propones, que puedes buscar otro trabajo, que puedes idear nuevos planes que impidan caer en la rutina, que puedes hacer deporte, que puedes dejarte sorprender por un lugar lejano al que no sueles ir o leerte toda la carta entera y preguntar al camarero.
La realidad no existe, sólo es una percepción de quién la construye. Genera cambios en lugar de quejas. La ilusión de asumir objetivos es lo que nos hace felices y no hay nada más atractivo que eso.