El Fishing: nueva tendencia de juego emocional para tener citas

El fishing es la práctica de lanzar múltiples “señuelos” emocionales en apps de citas para atraer atención sin compromiso real. Aunque ofrece variedad, puede generar vacío, falta de autenticidad y vínculos superficiales. ¿Validación o conexión real? Tú decides cómo navegar en este mar de opciones.

El fishing ha entrado en nuestra sociedad como una práctica en auge entre las aplicaciones de citas y redes sociales. 

La búsqueda del amor no tiene límites y las nuevas tecnologías no se quedan atrás.Sin embargo, ¿Realmente buscamos una conexión auténtica o navegamos sin rumbo, sin un propósito? 

El fishing se ha convertido en una forma moderna de interacción romántica, fomentada por la facilidad de encontrar y desechar opciones en estas plataformas. 

¿Será acaso que esto nos despoja de emocionalidad, donde la persona se puede descartar como si de un producto se tratase?

¿Qué es el fishing? 

El fishing es una estrategia de interacción en la que una persona lanza múltiples señuelos (mensajes, comportamientos de interés…) para atraer la atención de quien lo recibe y más tarde, selecciona según su conveniencia. 

El concepto proviene del término “pescar”, convirtiéndose en una metáfora que encaja con los comportamientos que se llevan a cabo en las apps de citas y redes sociales, donde se busca “captar a alguien” tras varios intentos con diferentes personas.

La tranquilidad de tener donde elegir 

Aparentemente, la abundancia de contar con opciones donde elegir, genera una sensación de seguridad. No obstante, también aumenta el sentimiento de inseguridad o vacío emocional. 

Las aplicaciones para conocer individuos se han convertido en una suerte de catálogo emocional, donde las personas perciben que siempre tienen opciones mejores por descubrir, no llegando a encontrar una satisfacción emocional real. 

Un ejemplo común suele ser el tener varias conversaciones abiertas con múltiples usuarios/as, pero sin llegar a comprometerse con ninguna.

La tranquilidad de tener opciones es una calma traicionera que oculta el vacío de no elegir a nadie realmente.

Falta de autenticidad 

El fishing promueve una interacción basada en la superficialidad. Es sabido que para conocer a alguien en profundidad se requiere de tiempo y dedicación. Si vivimos dentro de interacciones múltiples donde la finalidad es encontrar el amor, no es viable crear un vínculo profundo desde el “multitasking amoroso”. 

Por otra parte, las redes sociales no son realidades objetivas. Son espacios donde se trata de mostrar la mejor parte de nosotros/as, en lugar de ser uno/a mismo/a, bien sea por presión social, por miedo al rechazo o inseguridades personales.

Existen personas que valoran y buscan activamente una vinculación duradera. No obstante, esta falta de autenticidad, puede generar en ellas un profundo desgaste psicológico, desconexión y frustración.

Falta de compromiso 

El fishing perpetúa relaciones efímeras y evita que se establezcan vínculos sólidos. La Teoría de la Inversión Emocional podría explicar este fenómeno. 

Este planteamiento describe que nos comprometemos más cuanto más tiempo, emociones y recursos personales hayamos invertido en un vínculo. En el contexto del fishing esta dinámica se ve alterada, producto de la diversa interacción con múltiples usuarios/as al mismo tiempo. 

Esto refuerza la sensación de que las relaciones son “desechables” y temporales, distribuyendo la atención entre múltiples opciones, donde no existe la posibilidad de crear una conexión genuina.

¿Aburrimiento o interés? 

En muchos casos, el fishing no responde a un interés verdadero, sino a la mera necesidad de sentirnos validados. El modo en que estas aplicaciones están diseñadas, refuerzan la búsqueda de atención como un hábito, más que como un deseo amoroso real.

Si haces uso de este tipo de apps, sería conveniente preguntarse ¿Lo haces porque sabes lo que buscas o te has habituado a deslizar perfiles sin ningún tipo de emocionalidad?

Consecuencias del fishing

Estar vinculado con este tipo de prácticas conlleva un coste ineludible: la incapacidad de construir vínculos profundos y duraderos. Nuestras acciones determinan, en parte, la cultura y el modo de percibir el mundo. 

En este contexto, los lenguajes del amor han cambiado y con ellos, nuestra realidad: vivimos en una era digital nunca antes vista, donde se nos promete estar a un “click” de encontrar a la persona perfecta. 

Por otra parte, no debemos caer en el error de demonizar este tipo de aplicaciones, pues nacieron para facilitar la conexión entre personas. No obstante, debemos optar por una prudencia constante en nuestras interacciones a través de dichas plataformas. 

Ligar y tener encuentros casuales puede resultar en una experiencia divertida, pero el fishing puede convertirla en algo pernicioso. 

Ten presente que en un vasto océano de opciones, las conexiones se pierden como barcos sin rumbo, navegando sin encontrar un faro que nos brinde luz.

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