El curving y el arte de ser ambiguo en una relación

¿Sientes que alguien te da migajas emocionales mientras evita el compromiso? Este artículo te revela qué es el curving, cómo identificarlo y cómo protegerte de esta forma de ambigüedad emocional que puede dejarte atrapado/a en la confusión y el desgaste.

Las relaciones humanas son un delicado juego de equilibrios, donde las emociones fluyen entre las certezas y los misterios. Sin embargo, hay ocasiones en las que este juego se vuelve desleal, y una de sus expresiones más actuales es el curving

Este fenómeno, aunque de reciente aparición, es una práctica tan antigua como las relaciones mismas, y consiste en el arte de tejer ambigüedad emocional.

Curving: ¿Qué es este fenómeno?

Es una forma sutil de manipulación emocional que retiene a alguien en un estado de constante duda. Es una estrategia para evitar hablar claramente, dejando la relación en un punto muerto sin avances ni compromisos.

Es como una cometa atrapada entre corrientes de aire opuestas: no logra volar alto ni caer por completo. Es una invitación perpetua a la incertidumbre disfrazada de interés intermitente, lo que provoca una suerte de enganche en quien lo vive. 

Desde la psicología conductual, este vaivén de “ahora te doy, después te quito”, es el más poderoso de los refuerzos para mantener una conducta. Un claro ejemplo es el funcionamiento de las máquinas “tragaperras”, que utiliza los mismos mecanismos de aprendizaje para configurar la conducta adictiva.  

Esto es, la persona ejerce la aplicación de reforzadores de manera aleatoria e impredecible, lo que genera que nos quedemos a la “espera” del siguiente estímulo apetecible.

¿Cómo identificar el curving?

Reconocer el curving requiere afinar los sentidos y prestar atención a patrones de comportamiento. Algunas señales comunes incluyen:

  • Mensajes confusos: sus respuestas son vagas o evasivas, donde parece que la persona está interesada, pero nunca lo suficiente como para comprometerse contigo.
  • Ausencia de compromiso: hace promesas que nunca llegan a materializarse, los planes nunca se concretan, o te brinda constantes excusas para evitar encuentros significativos y de calidad.
  • Atención intermitente: va alternando momentos de cariño e interés seguidos de silencios prolongados, desembocando en que te cuestiones tu propio valor.

Es importante distinguir entre el curving y situaciones donde las intenciones son transparentes. En el curving, la ambigüedad no es una casualidad, sino una herramienta de abuso emocional.

Cuál es la forma correcta de dejar a alguien

Dejar una relación nunca es fácil, pero hay formas de hacerlo desde el respeto y la empatía. La pieza clave está en la responsabilidad afectiva. Esto es, asumir la propia incomodidad y evitar delegarla en la otra persona a través de silencios o gestos ambiguos.

  1. Comunicación asertiva: las palabras directas y amables son un acto de humanidad. Decir lo que se siente y aclarar las intenciones es más doloroso en el momento, pero mucho menos dañino a largo plazo.
  2. Evitar los juegos de poder: la claridad no sólo libera a la otra persona, sino que también es un reflejo de respeto hacia ti mismo/a.

A veces, el acto más amoroso es dejar ir con la verdad, en lugar de retener con la duda.

Factor clave: la incertidumbre

La incertidumbre es el patrón repetitivo del curving. Es esa niebla emocional que distorsiona el propio juicio y crea una dependencia tóxica. 

Quien ejerce el curving se aprovecha del “poder” que le otorga mantener a la otra persona en un estado constante de espera, desvelando un profundo egoísmo y falta de empatía.

Vivir en una incertidumbre prolongada tiene consecuencias: nuestra autoestima comienza a desgastarse, y la frustración se instala como una sombra persistente. Como un barco sin timón, quienes sufren el curving se ven a menudo navegando en un mar de confusión emocional de donde resulta complejo salir.

Responsabilidad afectiva

En una era donde las relaciones se han vuelto más rápidas y menos profundas, la responsabilidad afectiva cobra especial relevancia. Ésta implica:

Ser consciente del impacto que nuestras acciones tienen en los demás.

Actuar con coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos.

Asegurarnos de que nuestras intenciones sean claras, incluso cuando implican dolor.

En palabras de un sabio: “El corazón merece un lenguaje limpio, sin nudos ni hilos sueltos.”

Consecuencias de hacer o sufrir curving

El curving tiene un impacto significativo tanto en quien lo practica como en quien lo sufre. Para quien lo ejerce, es una práctica que a menudo refleja un miedo a la confrontación y una inmadurez emocional. Para quien lo padece, las consecuencias pueden ser devastadoras:

  • Deterioro de la autoestima: sentimientos de insuficiencia y duda constante sobre el propio valor.
  • Estrés emocional: la confusión reiterada genera un estado de tensión que afecta a tu bienestar general.
  • Dificultades en futuras relaciones: el impacto emocional del curving puede dejar cicatrices que dificulten confiar en otros en un futuro.

Por eso, es fundamental recordar que toda relación debe ser un espacio de crecimiento y respeto mutuo, incluso cuando ésta va a finalizar. 

El curving, aunque a veces puede parecer simple indiferencia, en realidad esconde una dosis de manipulación emocional que genera mucha confusión. Reconocerlo, afrontarlo y dejarlo atrás es un gesto de amor propio y cuidado hacia nuestras relaciones.

Las relaciones humanas son complejas porque nosotros lo somos, pero siempre merecerán la dignidad de la transparencia. Porque, las palabras claras son el puente donde el corazón respira.

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