Y es que tener una relación de pareja no siempre es tan sencillo como nos gustaría, pues, aunque hay fases maravillosas en las que el amor abunda y nos sentimos muy felices, lo cierto es que hay también momentos complejos que representan un verdadero reto para ambos.
Por suerte, hay algunas maneras con las que podemos mejorar nuestra relación de pareja, cosas sencillas (pero significativas) que podemos poner en práctica y que nos van a ser de gran ayuda para fortalecer el vínculo que hemos creado al mismo tiempo que nos ayudan a tener una relación sana.
En este artículo te ofrezco algunos consejos que puedes poner en práctica para que tu relación sea cada vez más sana y fuerte (y ojo, porque no hace falta “estar mal” para querer mejorar la relación de pareja y empezar a ponerlo en práctica).
6 claves para mejorar la relación de pareja
¿Cómo mejorar la relación de pareja? Aquí tienes seis claves para empezar a cuidarla de forma práctica que a mí me sirvieron:
Comienza por ti misma
Con esto me refiero a amarte a ti misma, a cultivar la autoestima. Muchas veces pensamos en relaciones de pareja y tenemos la idea errónea de que lo mejor que podemos hacer es entregarnos en cuerpo y alma a ese ser amado, pero lo cierto es que esto puede llegar a ser altamente perjudicial.
Es muy importante que dentro de la relación, la persona a la que más ames sea a ti misma (y ojo, esto no significa ser egoísta u “olvidarse del otro”). Quiérete, respétate y valórate y verás que esto se convertirá en una firme piedra angular para la relación. Recuerda que para estar bien con otros primero debemos estar bien con nosotras mismas.
Cuidar de una misma dentro de la relación es cuidar también de la relación. Construyamos un amor propio para poder sostener y alimentar ese amor compartido.
La comunicación es clave: cuídala
Tener una buena comunicación es fundamental para mejorar la relación de pareja, pero no me refiero al simple hecho de poder conversar, sino a tener realmente una comunicación asertiva en la que ambos podáis expresaros claramente, sentiros escuchados y atendidos. Para esto debemos basarnos siempre en el respeto y la honestidad, a fin de poder tener un canal de comunicación efectivo.
Además, cuando hablamos de comunicación, no solo debemos entenderlo como “eso” de lo que hablamos (los temas de conversación); la comunicación va mucho más allá de las palabras, es ese lenguaje que se desarrolla en la pareja, y que incluye las expresiones, la cercanía, los pequeños gestos, las miradas cómplices, etc. Es decir, el lenguaje no verbal y la forma de comunicar.
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La importancia del tiempo de calidad compartido
Es fácil caer en la monotonía de una relación, principalmente cuando pasamos mucho tiempo juntos, por eso es muy importante no dejar a un lado el tener un espacio para vosotros mismos en el que podáis disfrutar a solas y seguiros conquistando toda la vida. Tened citas, salid a pasear, cocinad algo rico estando juntos… Cultivar tiempo de calidad verdadero.
Pero cuando hablo del tiempo de calidad, también debemos tener presente que necesitamos tiempo de calidad a solas, es decir, tener espacios de independencia para poder hacer actividades que disfrutemos sin que esté nuestra pareja.
Cultivar también esa parcela individual del “jardín”. Así, sigamos disfrutando de quienes somos más allá de ser la pareja de alguien más y pasemos tiempo con nuestros amigos o desarrollando otros intereses que tengamos. Esto es positivo también porque, Dios no lo quiera, en caso de una ruptura, no se acabe todo nuestro mundo (y tengamos una vida creada más allá de la pareja).
No descuidar la sexualidad: nutrirla cómo se merece
Siempre digo que el sexo refleja el estado de la relación. Y es que la sexualidad es un tema estrechamente relacionado con las relaciones de pareja y, lamentablemente, es un asunto que muchas veces se da por sentado, y no se le presta la debida atención que amerita. Una sexualidad sana implica el tener una comunicación constante y abierta al respecto en la que hablemos de las cosas que nos gustan y las que no.
También implica el poder hablar acerca de cómo cuidarnos, de las preferencias que tenemos, de experimentar cosas nuevas estando ambos de acuerdo desde un diálogo abierto y honesto en el que no nos sintamos juzgadas ni les juzguemos a ellos o ellas. E implica también, cultivar el deseo, la intimidad y la conexión con el otro, alimentar fantasías y cuidar esta parcela íntima de la relación.
Cuidar la sexualidad es cuidar la relación, e implica, entre otras cosas, cultivar el deseo, la intimidad y la conexión con el otro, alimentar fantasías y seguir conociéndonos y explorándonos en este terreno más íntimo.
Entender que somos independientes (y que eso enriquece la relación)
Aunque la relación parece idílica cuando estamos de acuerdo en todo, lo cierto es que somos personas independientes, y eso va a llevarnos tarde o temprano a tener algunas diferencias con respecto a cualquier aspecto de la vida y la relación.
Y debemos tener siempre presente que somos dos personas diferentes haciendo la labor mágica de llegar a un consenso, lo que no siempre resulta ser fluido ni de color de rosas. Van a presentarse momentos en los que no estemos de acuerdo o no pensemos igual que nuestra pareja, y eso está bien.
Debemos tener siempre presente que no se trata de una copia nuestra (ni siquiera, de alguien que deba satisfacer nuestras expectativas), sino de otro ser humano completo y complejo por sí mismo. La clave aquí es nuevamente el respeto y la comprensión. Tu pareja tiene derecho a ser cómo es, y tú también.
Nuestra pareja no se trata de una copia nuestra (ni siquiera, de alguien que deba satisfacer nuestras expectativas o necesidades), sino de otro ser humano completo y complejo por sí mismo, y esa es la gracia.
Descubre más sobre este tema de relaciones a través de nuestro vídeo “Cómo Construir Relaciones que Cuajen sin Dejarte la Piel”:
El perdón es necesario: aprender de la humildad
Somos seres humanos, y como tales no estamos exentos de equivocarnos en algún momento. Y es justo en estos momentos en los que debemos aprender a perdonar y, más importante aún, a perdonarnos a nosotras mismas cuando sea necesario.
No podemos vivir cargando culpas y rencores, porque eso lo único que hará será dañar nuestra autoestima y autopercepción, al mismo tiempo que generará una grieta en la relación (y será una fuente inagotable de reproches).
Así, para mejorar la relación de pareja, el perdón debe ser una parte esencial de la misma, y si hay o suceden cosas que no podemos perdonar, entonces será momento de soltar y seguir adelante. Por supuesto, a veces necesitaremos ayuda, como la terapia psicológica, para trabajar ese perdón (por ejemplo, ante una infidelidad, si estamos dispuestos a perdonar).
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Y acabo con una frase de Sigmund Freud: “El que ama, se hace humilde. Aquellos que aman, por decirlo de alguna manera, renuncian a una parte de su narcisismo”.