“Sin ti no puedo vivir”. Así se vive muchas veces la dependencia emocional, que podemos definir como un patrón, o una forma de relacionarnos con el otro, desde la necesidad, una necesidad muchas veces insaciable y eternamente insatisfecha de contacto, afecto, compañía, tiempo, dedicación, etc., y no tanto desde la tranquilidad o la calma. Es decir, sentimos que ‘necesitamos’ al otro para ser felices, como el aire que respiramos.
Pero este patrón emocional, lógicamente, puede generar un intenso malestar en las relaciones, ya que el otro no siempre puede (ni debe) estar disponible para nosotros. Además, si sufrimos dependencia emocional, cuando la relación se termina, podemos llegar a sentir que se nos hunde el mundo. ¿Todo esto te resuena? Si es así, quédate, porque en este artículo hablamos sobre cómo superar la dependencia emocional a través de algunas estrategias.
¿QUÉ ENCONTRARÁS EN ESTE ARTÍCULO?
Dependencia emocional: qué es y cómo afecta nuestros vínculos
Sufrir dependencia emocional teniendo pareja
Como dejar de tener dependencia emocional
Autoconocimiento; una idea para empezar
Un sencillo ejercicio para conocernos y valorarnos
Cultiva tu vida más allá de la pareja
Dejar de depender de tu pareja: pasos que te permiten avanzar
Márcate tus propias metas individuales
Fortalece tu autoestima, conócete
Dependencia emocional: qué es y cómo afecta nuestros vínculos
Cómo introducíamos, la dependencia emocional se refiere a esa necesidad de aprobación, afecto y validación constantes de otra persona para sentirnos valiosos y/o felices. Este tipo de dependencia se vuelve problemática cuando estamos dispuestos a sacrificar nuestro bienestar y felicidad por miedo a perder a nuestra pareja.
Esto ocurre especialmente cuando experimentamos apego ansioso en la pareja, una forma de apego en la que tememos la distancia emocional y el abandono. Las personas con dependencia emocional suelen experimentar altos niveles de inseguridad en la pareja, sintiéndose angustiadas si no reciben mensajes constantes o se enfrentan a alguna señal de desaprobación.
Esta dinámica puede llegar a desgastar a ambos miembros de la relación y crear conflictos frecuentes, celos y resentimientos. Al final, no solo sufren quienes padecen dependencia emocional, sino también sus parejas, pues estos vínculos no permiten una conexión sana y equilibrada.
Sufrir dependencia emocional teniendo pareja
La dependencia emocional en una relación de pareja puede presentarse de muchas maneras. Por ejemplo, si sientes que no puedes disfrutar de momentos a solas o con tus amigos sin pensar en tu pareja, o si te angustias cuando no recibes una respuesta rápida a tus mensajes, podrías estar experimentando dependencia emocional.
Esta dependencia a menudo genera patrones de comunicación que incluyen la búsqueda constante de seguridad y la necesidad de obtener la aprobación de la otra persona. Estar en pareja mientras se vive con esta dependencia puede ser muy desgastante, y sin quererlo, podemos transferirle nuestra inseguridad en la pareja a la otra persona.
Así, caemos en una espiral de expectativas irreales y miedo a la pérdida, que rara vez es bien recibida por el otro miembro de la relación. Pero aquí viene la buena noticia: como superar la dependencia emocional es un reto alcanzable, y con las herramientas adecuadas, es posible aprender a disfrutar de una relación más libre y madura.
Como dejar de tener dependencia emocional
El primer paso sobre cómo superar la dependencia emocional es tomar conciencia. Observa tus patrones emocionales y pregúntate: “¿Por qué siento esta necesidad de tener constante validación?” A menudo, la dependencia emocional está enraizada en una falta de madurez emocional o en carencias emocionales no resueltas. A continuación, te proponemos algunas técnicas prácticas que pueden ayudarte a profundizar en esto:
Autoconocimiento; una idea para empezar: para trabajar en conocerte más y mejor, puedes dedicar unos minutos al día a escribir un diario emocional. Esto te ayudará a identificar patrones de pensamientos dependientes, momentos de inseguridad y situaciones que desencadenan tu apego ansioso. Después, léelo y reflexiona sobre ello (si acudes a terapia, puedes compartir tus reflexiones y escritos con tu terapeuta).
Un sencillo ejercicio para conocernos y valorarnos: un ejercicio útil es, al final del día, escribir tres logros o cosas buenas sobre ti mismo, o tres aprendizajes de ti mismo. Este hábito, con tiempo y constancia, nos ayuda a trabajar la autoestima y disminuye la necesidad de validación externa. Pero, como todo, requiere tiempo.
Cultiva tu vida más allá de la pareja: intenta realizar actividades sin tu pareja, como hobbies, tiempo con amigos o pasar tiempo a solas. De esta manera, podrás empezar a experimentar la satisfacción de ser autónomo y a cultivar una vida rica y feliz más allá de la vida en pareja.
Terapia psicológica: a través de la terapia psicológica trabajarás de forma mucho más profunda este patrón de dependencia emocional. Es un viaje hacia tus heridas emocionales, que te permitirá ver de dónde nace esa dependencia, qué creencias la mantienen, cómo cambiar pensamientos y acciones que te acerquen a construir vínculos desde la seguridad y no desde la necesidad, etc.
Dejar de depender de tu pareja: pasos que te permiten avanzar
Para dejar de depender de tu pareja (o de tus vínculos en general) y avanzar hacia una relación más equilibrada, hay pasos que pueden ayudarte en el día a día (aunque, insistimos, para un trabajo real y profundo, siempre será necesaria la terapia psicológica):
Márcate tus propias metas individuales: cuando tienes tus propias metas y te dedicas a tus intereses, aprendes a valorarte más allá de la relación. Esto fortalece la independencia emocional y te da una sensación de autorrealización.
Fortalece tu autoestima, conócete: dedica tiempo a conocerte, cuidarte, recordar tus logros y reconocer tus capacidades. Cuando te sientes seguro de ti mismo, es menos probable que experimentes inseguridad en la pareja y que dependas emocionalmente de ella.
Comunica tus emociones: expresar tus sentimientos de manera abierta y sincera ayuda a fortalecer el vínculo desde una base de confianza. Hablar de tus miedos sin exigir que el otro los solucione o alivie demuestra una gran madurez emocional.
Cada uno, su espacio: los límites no son solo para protegernos; también permiten que cada miembro de la pareja mantenga su espacio. Por ejemplo, puedes decidir que ambos tendréis un día a la semana para hacer actividades individuales. Estos pequeños pasos refuerzan, poco a poco, la independencia emocional.
Estas estrategias que hemos descrito pueden ayudarte a no necesitar tanto al otro para estar bien, o al menos, a empezar a tomar conciencia de este patrón de dependencia emocional.
Con trabajo personal, toma de conciencia y empezando uno a valorarse más allá de la pareja, es posible construir relaciones sanas en las que el otro sea un “plus” en nuestra vida, pero no nuestra vida entera. ¿Te animas a trabajarlo? Como siempre, en Mia podemos ayudarte a través de nuestras terapias.



