Las relaciones humanas, tan complejas como fascinantes, han encontrado en la era digital un nuevo lenguaje pero también nuevas heridas. Entre ellas, el ghosting se alza como una de las más desconcertantes.
¿Qué ocurre en la mente de alguien que decide desaparecer sin mediar palabra? ¿Qué historia emocional hay detrás de ese silencio?
¿Qué es hacer ghosting?
Hacer ghosting es desvanecerse, irse sin hacer ruido por la puerta de atrás. Es cortar todo contacto con la otra persona sin previo aviso. No existen las explicaciones ni las despedidas, es un vacío frío que deja preguntas en el aire.
Este comportamiento tan común en la era de las redes sociales y las aplicaciones de citas, no solo ocurre en las relaciones románticas. Amigos, compañeros de trabajo e incluso familiares pueden convertirse en fantasmas que desaparecen sin esperarlo.
Hay silencios que hablan más que mil palabras, pero el ghosting es un grito ensordecedor de indiferencia
Ejemplos de ghosting
El ghosting tiene muchas caras. Aquí te brindo algunos ejemplos:
El mensaje que nunca llega: habéis estado días, incluso semanas en conexión constante que, finalmente terminan con un “visto” sin respuesta.
La desaparición súbita: es común que la persona deje de contestar tus llamadas, correos o mensajes en su buzón de entrada de un día para otro.
El corte profesional: compañeros o clientes que simplemente dejan de comunicarse, rompiendo el vínculo laboral sin previo aviso.
En todos los casos, el producto final es el mismo: un duelo sin despedida.
¿Por qué se hace ghosting?
Este fenómeno no siempre surge de la intención de herir a pesar de lo doloroso que resulta. A menudo, es una huida impulsada por el miedo o la incapacidad para afrontar los conflictos. Entre las razones más comunes están:
Evitar enfrentamientos incómodos: las conversaciones honestas pueden resultar incómodas y, algunos prefieren eludirlas por completo.
Falta de habilidades emocionales: hay quienes nunca han aprendido a gestionar sus emociones, y eligen escapar en lugar de enfrentar el escenario debido a un pobre desarrollo emocional.
Miedo al compromiso: cuando la conexión empieza a profundizar, algunos sienten que es más fácil desaparecer que quedarse.
Egoísmo: en ocasiones, el ghosting refleja una falta de empatía o consideración por los sentimientos del otro.
El ghosting no es más que el reflejo de una vulnerabilidad no confesada: la incapacidad o la indiferencia de sostener el peso de un adiós.
¿Regresan las personas que hacen ghosting?
Hay ocasiones en las que las personas que han llevado a cabo el ghosting, regresan. Esta vuelta, conocida como “orbiting” es una forma de reaparecer, acompañada de una ausencia de responsabilidad del daño causado.
Es común que te dejen un “me gusta” en redes sociales, te escriban un mensaje casual o incluso intenten reconectar como si nada hubiera sucedido.
Entre las posibles causas de este regreso podrían estar la culpa, la curiosidad de querer comprobar si tiene acceso a tí, o simplemente, porque es más sencillo volver que comenzar a construir un vínculo nuevo.
Quien regresa tras desaparecer, a veces solo quiere confirmar que su ausencia no cerró la puerta.
¿Por qué los hombres desaparecen sin explicación?
Aunque el ghosting no lo realizan exclusivamente los hombres, es cierto que muchos recurren a esta práctica si hablamos de relaciones románticas. Entre los motivos podrían estar:
Una socialización emocional limitada: a menudo, los hombres no han sido educados para gestionar vulnerabilidades ni enfrentar conversaciones difíciles.
El miedo a comprometerse: en un mundo donde las opciones parecen infinitas, algunos prefieren escapar antes que asumir un vínculo real para el que no están preparados.
La comodidad del silencio: desaparecer parece más sencillo que dar explicaciones sobre el motivo de la marcha.
No es la ausencia lo que duele en el ghosting, sino el vacío de lo que nunca se dijo.
Perfil de quien hace ghosting
Aunque cada historia es única, hay patrones comunes en quienes optan por este doloroso cierre.
Evitan la incomodidad, no saben cómo manejar conflictos o sentimientos complicados.
Tienen miedo al compromiso y prefieren relaciones superficiales que no los expongan demasiado.
Carecen de empatía, no reflexionan sobre el impacto de sus acciones en la otra persona, lo que genera un vacío emocional en la persona vinculada.
¿Cómo sanar tras el ghosting?
Si has sido víctima de ghosting recuerda que el silencio no habla de ti, sino de la historia interna de quién eligió desaparecer. No es fácil cerrar una herida sin respuestas, pero ese vacío también es una oportunidad para redescubrirte.
Si por el contrario, eres tú quién ha hecho ghosting, reflexiona. Las conversaciones honestas, por incómodas que sean, son un acto de respeto y responsabilidad afectiva. Enfrentar nuestras emociones y las del otro nos humaniza.
La madurez emocional no consiste en quedarse siempre, sino en aprender a decir adiós con dignidad.
En este mundo plagado de conexiones digitales, donde todo es rápido y resulta efímero, la conexión humana sigue siendo un acto de valentía. Elegir una comunicación asertiva en lugar del silencio y la empatía sobre la evasión, es un regalo, tanto para el otro como para ti mismo.