Mi pareja antepone a sus hijos: claves para entenderlo

Si sientes que tu pareja antepone a sus hijos, es normal que aparezcan inseguridades y tensiones. Este artículo te ayudará a entender por qué sucede y cómo comunicarte de forma asertiva para llegar a acuerdos, fortalecer la relación y encontrar el equilibrio entre el bienestar de los hijos y tu lugar en la pareja.

Estar en una relación con alguien que tiene hijos puede ser enriquecedor, pero también puede ser fuente de conflictos si sientes que tu pareja antepone a sus hijos o que no te da tu lugar. Esta situación puede provocar inseguridad y tensiones en la relación. En este artículo veremos por qué sucede, cómo abordarlo y qué acuerdos pueden ayudar a fortalecer el vínculo.

Si te interesa este tema, no te pierdas nuestro vídeo “Mi pareja tiene HIJOS. SEÑALES de que NO hay ESPACIO para TI.”.

Mi pareja prefiere a sus hijos que a mi

Cuando una persona tiene hijos de una relación anterior, es natural que su prioridad principal sea su bienestar. Sin embargo, si percibes que tu pareja siempre antepone a sus hijos y deja de lado tus necesidades, es probable que aparezcan sentimientos de abandono o desvalorización. No se trata de competir con los hijos, sino de encontrar un equilibrio donde tu lugar en la relación esté claro y sea respetado. 

Lo importante es comprender que ambos vínculos son diferentes, y trabajar en cómo hacer que ambos sean compatibles.

Mi pareja no me da mi lugar ante sus hijos

Sentir que tu pareja no te da tu lugar frente a sus hijos puede ser doloroso, sobre todo si esto implica que tus opiniones, decisiones o límites se ven ignorados. Este tipo de situaciones suele generar inseguridad y conflictos, especialmente cuando los hijos intervienen en aspectos que deberían resolverse dentro de la pareja. Dar tu lugar no significa desplazar a los hijos, sino reconocer que también eres parte importante de su vida. Para lograrlo, es fundamental que tu pareja marque límites claros y transmita a sus hijos que tu presencia y tu relación son valiosas.

Problemas de pareja por hijos no comunes

Las parejas en las que hay hijos de relaciones anteriores suelen enfrentarse a retos adicionales. 

Por un lado, la persona de la relación que es padre o madre, tiene que dividir su tiempo entre sus hijos y su pareja.

Por otro, habrá un momento en el que los hijos conozcan a la pareja, y esto es un punto de inflexión tanto para ellos, como para la persona que va a entrar en sus vidas. No será un nuevo progenitor para los niños pero estará ahí, y aunque la persona que entra nueva a esta ecuación, no será madre ni padre, los niños también estarán ahí, y lo importante es gestionar estos nuevos lazos y formas de estar.

En este entramado de relaciones suelen aparecer: los celos hacia el tiempo o el cariño que la pareja dedica a sus hijos, la sensación de no ser una prioridad o de quedar relegado a un papel secundario, y los desacuerdos sobre normas, disciplina y límites. También puede aparecer rivalidad entre los hijos y la nueva pareja, o incluso rechazo por alguna parte.

Estos problemas no siempre significan falta de amor, sino que reflejan la complejidad de integrar dos realidades distintas. La clave está en establecer acuerdos claros, respetar los vínculos previos de cada uno y, al mismo tiempo, dar lugar a la nueva relación, y cuidar el espacio exclusivo de la pareja para que no quede relegada a un segundo plano.

Comunicación asertiva para resolver problemas

1) Escuchar activamente: No solo oír, sino tratar de entender la perspectiva de la pareja y también la de sus hijos, sin interrumpir ni juzgar.

2) Evitar reproches directos: En lugar de frases como “siempre prefieres a tus hijos antes que a mí”, optar por expresiones que describan cómo te sientes: “me siento desplazado cuando no pasamos tiempo juntos”.

3) Elegir el momento adecuado: Hablar de los problemas en un momento de calma y no en medio de una discusión o delante de los hijos.

4) Definir necesidades y expectativas claras: A través de una comunicación asertiva, se pueden expresar las expectativas de la relación y cómo equilibrar las prioridades entre la pareja y los hijos.

5) Buscar soluciones conjuntas: No imponer, sino negociar acuerdos que beneficien a ambos y que tengan en cuenta el bienestar de los hijos.

6) Mantener un tono respetuoso: El lenguaje no verbal y el tono de voz son tan importantes como las palabras que se usan.

Evitar el resentimiento

El resentimiento suele surgir cuando uno de los miembros de la pareja siente que sus necesidades emocionales quedan relegadas o ignoradas. Para evitar que este sentimiento crezca, es fundamental poder hablar con la otra persona antes de que las emociones se acumulen. Hablar con sinceridad sobre lo que molesta o duele, sin culpar al otro, ayuda a mantener una relación más saludable.

Además, es necesario entender que la atención y el tiempo que se dedica a los hijos no es un rechazo personal, sino una responsabilidad que forma parte de la dinámica familiar. Buscar espacios exclusivos para la pareja, donde ambos puedan conectar y sentirse valorados, reduce la sensación de abandono. Practicar el perdón y la empatía también facilita que el resentimiento no se instale y que la relación pueda avanzar con mayor armonía.

Llegar a acuerdos con la pareja 

Para que la relación funcione a pesar de las dificultades que puedan generar la presencia de los hijos de una de las partes, es imprescindible que la pareja pueda negociar y establecer acuerdos claros que satisfagan a ambos. Estos acuerdos pueden abarcar desde la distribución del tiempo dedicado a los hijos y a la pareja, hasta el tipo de planes que se hagan cuando haya tiempo compartido con los hijos, para que todos puedan estar cómodos compartiendo tiempo.

La comunicación abierta y respetuosa es clave para identificar las necesidades y expectativas de cada uno, evitando malentendidos y conflictos. Escuchar activamente y buscar puntos en común permite construir soluciones conjuntas que refuercen la convivencia. Además, comprometerse a cumplir lo pactado genera confianza y seguridad, fortaleciendo el vínculo frente a los desafíos que plantea la convivencia con hijos de relaciones anteriores.

Fortalecer la relación de pareja

Mantener una relación sólida cuando uno o ambos miembros tienen hijos de relaciones anteriores requiere un compromiso constante para cultivar la confianza y la intimidad. Es fundamental dedicar tiempo de calidad exclusivo para la pareja, donde se puedan compartir experiencias, expresar sentimientos y reconectar emocionalmente.

Además, trabajar en la empatía y la comprensión mutua ayuda a enfrentar juntos las tensiones que surgen al equilibrar las responsabilidades parentales con la relación de pareja. Reconocer y valorar los esfuerzos de cada uno, así como fomentar un ambiente de apoyo y respeto, contribuye a crear una base firme que sostenga la relación frente a las dificultades.

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