La naturaleza de las relaciones humanas es indiscutiblemente compleja, y está cargada de matices que a menudo desafían nuestras definiciones preestablecidas.
En un mundo donde el coqueteo puede ser tan sutil como un “click” a través de una red social o tan evidente como una mirada sostenida, surge la pregunta ¿Es un acto deshonesto tontear con alguien teniendo pareja?.
La respuesta no es unívoca, pero sí profundamente reveladora de nuestra psique y de las dinámicas modernas de conexión.
El coqueteo: un lenguaje universal
Coquetear es un juego social, una danza de gestos y palabras que busca crear una conexión emocional o intelectual. Desde el neurocientífico hasta el poeta, todos coinciden en que tontear activa sistemas de recompensa en el cerebro, liberando neurotransmisores responsables de esa chispa que nos hace sentir vivos.
Sin embargo, cuando este juego se practica dentro de una relación comprometida ¿Pierde su inocencia?.
Aquí es donde entra en juego la percepción individual y cultural. Para algunas personas, un coqueteo en una conversación puede ser tan inofensivo como un diálogo trivial sobre el clima. Para otras, equivale a una traición emocional. La infidelidad no solo vive en los hechos, sino en la interpretación de los mismos.
El hecho de considerarlo infidelidad, dependerá de lo que se haya establecido dentro de la relación por ambos miembros.
Coquetear y los límites en la relación
Tontear con alguien teniendo pareja, también conocido como cookie jarring, puede generar tensiones en la relación y dañar la confianza mutua. Es importante analizar qué motiva ese comportamiento y cómo puede afectar el vínculo afectivo. La honestidad y la reflexión son claves para evitar consecuencias negativas.
Cuando alguien verbaliza “A mi pareja le gusta coquetear” lo que está expresando es más que un simple reproche. Desvela una posible grieta en los acuerdos no explícitos que sustentan una relación.
Las parejas, en su mayoría, no establecen cláusulas detalladas sobre lo que está permitido o no. Sin embargo, en ese vacío de acuerdos claros, entra el factor subjetivo de los límites emocionales.
Desde la psicología, tontear con otra persona puede considerarse una forma de “microinfidelidad”. Este término, acuñado recientemente, engloba pequeños actos que no constituyen una infidelidad física, pero que generan dudas, desgaste psicológico, inseguridades, vacío emocional y desconfianza dentro de la relación.
La clave de todo ello está en la intención, en el para qué. Hablar con otros hombres o mujeres teniendo pareja o intercambiar mensajes con alguien sabiendo que ese acto alimenta una conexión que podría amenazar la relación, cruza un límite ético.
La intención detrás del coqueteo, más que el acto en sí, es lo que define su impacto.
El alma de una relación no muere por grandes traiciones, sino por los pequeños hilos que lentamente la deshilachan.
Neurociencia de las infidelidades
En términos neurocientíficos, el cerebro procesa el coqueteo como una experiencia gratificante y novedosa. Estudios han demostrado que recibir atención de alguien fuera de la pareja activa el sistema límbico, lo que desemboca en un “subidón químico” comparable al que experimentamos al recibir un halago inesperado.
Esto no significa que todas las personas que tontean buscan intencionadamente culminar una infidelidad, pero sí puede indicar una necesidad emocional insatisfecha dentro de la relación.
Sin embargo, aquí surge una paradoja: el coqueteo fuera de la relación puede ser una señal de que algo necesita ser abordado dentro de ella. A menudo, detrás de este comportamiento, se esconde un deseo no expresado de validación, de sentirse visto/a o admirado/a.
Otras veces, puede ser una disposición estable de la personalidad, empujada por el entorno donde ha crecido la persona, los valores que ha adquirido y el contexto social donde se ha desarrollado, implicando una falta de empatía emocional, donde no se asume el daño causado al otro o le resulta indiferente.
La relación como un acuerdo implícito
Cada relación está sustentada en un acuerdo implícito que establece los límites de lo correcto dentro de ella. Hablar con otros hombres o mujeres teniendo pareja puede no ser infidelidad para algunos/as, mientras que para otros/as constituye una traición al transgredir los límites de lo honesto.
Esto se debe a que la fidelidad es un constructo cultural y personal. De ahí la importancia de una buena comunicación. Muchas crisis provocadas por un coqueteo no residen en el acto en sí, sino en la falta de claridad sobre lo que significa para ambas partes.
Es esencial hablar abiertamente sobre las expectativas, los límites y los temores, construyendo un espacio seguro para explorar estas zonas grises.
En las relaciones, los silencios no llenan vacíos, los amplifican hasta que se convierten en abismos.
¿Es infidelidad? La respuesta final
La infidelidad es una ruptura de confianza. Si tontear con alguien crea una fractura en ella, entonces para la persona que lo vive, lo será. Sin embargo, no todas las parejas procesan este tipo de situaciones de la misma manera.
Algunas interpretan el coqueteo como una amenaza, otras lo consideran un impulso primitivo que no tiene por qué comprometer la relación. La clave está en la honestidad, no solo con la pareja, sino con uno/a mismo/a.
Mas allá del debate, lo relevante es que una relación es un espacio constante de construcción, donde los pequeños actos son tan significativos como los más grandes. La confianza, el respeto y la comunicación son pilares que sostienen cualquier vínculo.
El daño emocional causado por una infidelidad no debe minimizarse. Si esta se lleva a cabo con una intención clara de causar sufrimiento, podría considerarse abuso emocional. Para discernirlo, hay que entender las motivaciones detrás del acto.
En última instancia, las relaciones requieren respeto, empatía y cuidado mutuo, y cualquier acción que las socave, especialmente con premeditación, no tiene cabida en un vínculo amoroso saludable.
Recuerda que lastimar a quien te ama es arrojar sombras sobre tu propia luz, olvidando que en el amor verdadero, cada herida que causas también desgarra tu reflejo.


