¿Has oído o incluso pronunciado alguna de estas frases?
Estas creencias pueden estar tan arraigadas en nosotros que lleguen a romper relaciones por no cumplir con estas expectativas tan rígidas.
Vamos a desmitificar algunas de ellas…
1. El amor verdadero implica una entrega total
“Renunciará a todo si es por mí: aceptará casarse, querrá tener un hijo, aceptará trasladarse a vivir a otra ciudad, se amoldará a mis altibajos emocionales, querrá pasar el mismo tiempo que yo con mi familia, dejará de salir con sus amigos o se desapuntará de sus clases de salsa…”.
Si pretendes que así sea, estará ofreciéndote tu felicidad a costa de la suya. Si realmente quieres a alguien, ¿es eso lo que deseas?
2. Nunca me sentiré solo
A menudo tenemos la fantasía de que encontrar a alguien con quien compartir nuestra vida, nos “salvará” del tormento de la soledad y de nuestros momentos melancólicos.
Sin embargo, nadie es responsable de nuestra felicidad ni de nuestra desdicha. Estar enamorado y ser correspondido puede incrementar estos sentimientos y emociones positivas. Si eras feliz, podrás compartirlo con tu pareja, al igual que si cualquier problema o dificultad te acechaba, lo seguirá haciendo.
3. Si siente celos es que me quiere
Es natural tener un sentimiento de pertenencia cuando amamos a alguien. Incluso en las culturas poligámicas, se ha demostrado como los celos se encuentran presentes en las personas a pesar de que, culturalmente, les esté permitido disponer de varias parejas.
Sin embargo, no se ha demostrado que el nivel de amor se pueda medir con el nivel de celos, pero sí con el nivel de inseguridad y miedo que nos despierta esa relación.
Por lo tanto, no te sientas afortunado si esa persona se muestra celoso/a. Además de poder hacer mucho daño a esa relación que estáis construyendo, es una señal patológica que indica desconfianza en la relación y/o distorsión de la realidad e inseguridades en alguno de los miembros.
4. He encontrado a mi media naranja
Cuando construimos una relación sana, las medias naranjas no existen. ¿Qué ocurre cuando la media naranja deambula por el mundo sin su otra mitad? Que necesita desesperadamente completarse a sí misma a cualquier precio ya que se encuentra vulnerable e indefensa. Para que encaje, tendrá que buscar a otra media con las mismas características. ¿El resultado? Una unidad formada por dos partes que separadas no tienen razón de ser.
Cuando somos naranjas completas, encontramos a otra con las mismas características a la que elegimos dando lugar al “tú” al “yo” y al “nosotros”.
5. Si me quiere, tolerará mis “vaivenes”
“Yo soy así, no puedo hacer más”.
Querer a alguien, no implica aceptarlo todo. Cada uno es responsable de su modo de interpretar la realidad y de sus reacciones y formas de actuar.
Plantéate que quizás debes esforzarte por cambiar algo en lugar de dar por hecho que el otro se esforzará en aceptarlo con resignación.
Seguro que además de ser una oportunidad de cara a tu autocrecimiento personal, te permitirá mejorar tus relaciones con los demás, tu pareja actual y quien sabe si las futuras.
