Superar una ruptura amorosa nunca es fácil. Los bajones después de una ruptura son normales, pero aprender a tratarnos con autocompasión puede ayudarnos a sobrellevar y afrontar el dolor de una forma mucho más amable.
Además, esta herramienta también fortalece nuestra autoestima y, en definitiva, facilita el proceso de sanación. Pero, ¿de qué hablamos exactamente, y por qué es tan beneficioso ser compasivo con uno mismo?
¿Qué es la autocompasión? Sus tres ingredientes
La autocompasión es la capacidad de reconocer nuestro propio sufrimiento y de tratarnos a nosotros mismos con amabilidad y comprensión ante él. El término fue popularizado por la psicóloga Kristin Neff, pionera en la investigación científica de este concepto. Según Neff, la autocompasión consta de tres elementos principales:
Amabilidad hacia uno mismo: Tratarse con ternura en lugar de autocrítica. Por ejemplo, tras una ruptura, es común culparse o pensar que no se es suficiente. La autocompasión nos invita a cambiar ese diálogo interno por palabras de aliento.
Humanidad compartida: Recordar que el sufrimiento es parte de la experiencia humana. No estamos solos en nuestro dolor; muchas personas han pasado por situaciones similares.
Mindfulness: Ser conscientes del momento presente sin juzgar nuestras emociones. En lugar de reprimir el dolor, se trata de reconocerlo con aceptación.
Cómo aplicar la autocompasión para superar una ruptura
Durante una ruptura, es fácil caer en pensamientos negativos. Sin embargo, practicar la autocompasión permite afrontar los bajones emocionales con mayor equilibrio. Aquí tienes algunos consejos para superar una ruptura de manera más compasiva:
Habla contigo mismo como lo harías con un amigo (y trátate igual). Si un amigo sufriera una ruptura, seguramente le ofrecerías palabras de apoyo. Intenta hacer lo mismo contigo. ¿Cómo puedes ‘apoyarte a ti mismo’ ahora? ¿Con qué palabras?, pero también, ¿con qué acciones?
Acepta tus emociones sin juzgarlas. Es natural sentir tristeza, rabia o confusión. Son emociones que forman parte de la experiencia humana, y más de una ruptura de pareja. Permítete sentirlas, y si aparece la culpa, pregúntate de dónde viene, desde la curiosidad.
Cuida tu bienestar físico y emocional. Dormir bien, alimentarte de forma sana y hacer ejercicio puede ayudarte a recuperar la energía y el ánimo. Busca formas de cuidarte por dentro y por fuera que sean positivas para ti.
Ejemplo de autocompasión tras una ruptura
Piensa en alguien que, tras una ruptura, siente que nunca volverá a ser feliz. En lugar de alimentar esos pensamientos, podría decirse: “Es normal sentirme así ahora, y me acompaño en este dolor, pero este dolor no durará para siempre. Estoy aprendiendo y creciendo a través de esta experiencia, aunque ahora la sienta como muy dolorosa. ¿Qué necesito ahora? ¿Cómo puedo acompañarme en mi malestar?”
Este tipo de diálogo interno y de preguntas cambia por completo la manera de afrontar la situación, y nos ayuda a transitar los momentos complicados, a sobrellevar el malestar sin reprimirlo, pero sin alimentarlo.
Es decir, se trata de, ante las emociones difíciles o los pensamientos dañinos que surgen en una ruptura, reconocer ese malestar y ofrecernos aquello que necesitemos en ese momento, no desde el juicio sino justamente desde la apertura, la aceptación, el amor y la validación emocional.
Una herramienta para acompañarnos en el dolor
Así, la autocompasión no elimina el dolor de una ruptura, porque es natural y sano sentirlo, pero sí es una herramienta que lo puede hacer más llevadero. En cierta forma, nos permite afrontar el proceso con mayor serenidad y potenciar tu autoestima, porque al hablarlos con compasión, nos estamos tratando bien, nos estamos diciendo ‘tú también eres importante’.
Por ello, practicarla es un acto de amor propio que nos ayuda a sanar y a reconstruirnos con más confianza y resiliencia. ¿Te animas a ponerla en práctica?