El arrepentimiento del dejador y las ganas de volver

Tras una ruptura, es común pensar que el dejador no sufre, pero la realidad es que también atraviesa un complejo proceso emocional. Sentimientos como la culpa, la nostalgia o el arrepentimiento del dejador pueden llevarle a cuestionar su decisión. Este artículo profundiza en qué hay detrás de este deseo de volver y cómo gestionarlo sin idealizar una reconciliación.

Cuando acaba una relación suele pensarse que el que la rompe sufre menos que la persona que es dejada, pero realmente, es difícil identificar lo que vive cada una de las partes.

La persona que decide terminar una relación, conocida como el dejador, también enfrenta un proceso emocional complejo que puede incluir dudas, nostalgia y arrepentimiento. Estos sentimientos no siempre reflejan que la decisión haya sido equivocada, sino que a menudo surgen por la culpa, la incertidumbre o el miedo a

¿Cómo afecta una ruptura al que deja la relación?

Cuando hablamos de cómo afecta una ruptura al que deja la relación, es importante entender que no siempre es una decisión sencilla ni carente de impacto emocional. Aunque la persona que termina la relación puede sentirse en control, suele experimentar una mezcla de emociones: alivio por haber puesto fin a conflictos, pero también tristeza, culpa o ansiedad por las posibles consecuencias de su decisión.

Además, el dejador puede enfrentar un proceso de autoevaluación donde cuestiona si hizo lo correcto, cómo afectará al otro y cómo manejará la soledad o los cambios en su vida cotidiana. Esta combinación de emociones demuestra que, aunque tomar la iniciativa puede parecer más “fácil” desde fuera, internamente implica un trabajo emocional significativo.

¿Es normal que el que deje se arrepienta?

Sí, es completamente normal que la persona que deja una relación experimente arrepentimiento en algún momento. Este sentimiento puede aparecer al enfrentarse a la realidad de la ruptura, cuando se da cuenta de lo que deja atrás, o al valorar aspectos positivos de la relación que antes pasaban desapercibidos.

Este arrepentimiento puede ser el inicio de una segunda oportunidad, pero en muchas ocasiones es solo una etapa más del duelo que supone la ruptura. Es un proceso natural que forma parte de la adaptación a la pérdida y del aprendizaje sobre lo que uno busca y necesita en futuras relaciones.

¿Nostalgia o amor?

La confusión entre nostalgia y amor es común en quien deja la relación. La nostalgia surge al recordar momentos compartidos, rutinas y afectos que se pierden, mientras que el amor implica un vínculo activo y presente que sigue motivando el cuidado y la conexión.

Es importante que la persona que dejó la relación pueda diferenciar estos sentimientos, ya que el arrepentimiento basado únicamente en nostalgia puede llevar a decisiones impulsivas de reconciliación. Reconocer si lo que se extraña es realmente a la persona o simplemente la sensación de compañía y familiaridad, es clave para actuar con claridad y evitar repetir patrones que podrían resultar dolorosos.

Sentimiento de culpa

El sentimiento de culpa es algo normal en quien deja la relación. Esta culpa puede surgir al ver sufrir a alguien que seguramente siga queriendo, aunque sea de otra forma, por una decisión propia, o incluso al cuestionarse si hizo bien o no en romper el vínculo.

Es fundamental que quien deja la relación aprenda a distinguir entre asumir la responsabilidad de sus decisiones y cargar con una culpa excesiva o innecesaria. Reconocer que esta sensación forma parte del proceso de la ruptura permite gestionarla de manera más saludable y tomar decisiones conscientes sin dejarse dominar por el remordimiento.

Fases del duelo del dejador

El duelo del dejador pasa por varias fases que conviene conocer para entender sus emociones:

1) Alivio inicial: Probablemente quien deja, ya ha estado un tiempo pensado en ello, por lo que dar el paso puede suponer un alivio al principio, sobre todo si esto supone el fin de discusiones y malestar continuado.

2) Tristeza y nostalgia: Al igual que la persona dejada, el dejador también puede sentir tristeza y nostalgia al ser consciente del fin de la relación y de que tendrá que decir adiós a todo lo que suponía estar en ella.

3) Arrepentimiento: Derivado en muchas ocasiones de esa sensación de tristeza o nostalgia. También puede aparecer al dudar de si la decisión tomada ha sido la correcta.

4) Culpa: Sensación natural por ver sufrir a la otra persona o cuestionar la propia elección.

5) Aceptación: La fase final del duelo amoroso, que permite avanzar tanto a quien deja como a quien es dejado. Además, esta etapa sirve para aprender de la relación y de su ruptura, y sentar las bases para construir vínculos más saludables y equilibrados en el futuro.

La comunicación y el espacio

La comunicación y el espacio son fundamentales tras una ruptura. Evitar el contacto, especialmente al principio, permite que ambas partes procesen lo ocurrido y comiencen a sanar. Mantener una comunicación constante puede prolongar el duelo y mantener presentes emociones como la tristeza, la ansiedad o el vacío. 

Este período de distancia ayuda al dejador a no actuar impulsivamente durante la fase de arrepentimiento o culpa, y brinda a la persona dejada la oportunidad de recuperarse y dejar atrás el dolor de manera más saludable.

¿Cuándo el dejador quiere volver?

El dejador puede experimentar el deseo de volver a la relación en distintos momentos del proceso de ruptura, generalmente cuando los sentimientos de culpa, nostalgia o miedo a la soledad se intensifican. Este impulso no siempre refleja un amor renovado o genuino, sino que a veces emerge de la búsqueda de confort emocional o de la dificultad de asumir las consecuencias de su decisión. 

Es importante identificar si este deseo de regresar surge de un arrepentimiento sincero y una intención de reconstruir la relación de manera saludable, o si simplemente responde a un impulso momentáneo que no garantiza cambios reales en la dinámica que llevó a la ruptura.

No idealizar la reconciliación

Es fundamental no idealizar la reconciliación tras una ruptura, aunque el dejador muestre arrepentimiento o deseo de volver. 

Cuando una relación se rompe, es habitual idealizarla durante el duelo y creer que, si se retoma, todo volverá a ser tan “perfecto” como lo recordamos. Sin embargo, la realidad es que toda ruptura tiene causas concretas, y si se decide intentar reconstruir el vínculo, será necesario trabajar activamente en los problemas que llevaron a la separación, un proceso que rara vez resulta sencillo.

Para que una reconciliación funcione, ambas partes deben comprometerse activamente en ocuparse de los conflictos, reconocer errores y establecer acuerdos claros; de lo contrario, las expectativas desmedidas pueden derivar en nuevas decepciones y perpetuar patrones negativos.

Redefinir el concepto de amor

Redefinir el concepto de amor implica comprender que querer a alguien no significa depender emocionalmente de esa persona ni sacrificar tu bienestar. Se trata de aprender a valorar las relaciones desde la reciprocidad, el respeto y la libertad, en lugar de la necesidad o el apego obsesivo

Esta redefinición permite mirar el amor como un vínculo que enriquece, pero que no condiciona tu felicidad ni define tu valor personal.

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